HERMOSILLO, Sonora (José Luis Sibaja/GRADA NORTE).- Habían transcurrido cinco años desde el levantamiento armado en Chiapas en 1994, cuando el conflicto dio un giro inesperado, de los combates se llegó a la negociación y continuó con un partido de futbol.

El 15 de marzo de 1999 se encontraron en la cancha del estadio “Jesús ‘Palillo’ Martínez” de la Unidad Deportiva Magdalena de la Ciudad de México, una selección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y un equipo de ex futbolistas profesionales liderados por Javier Aguirre.

Este inaudito partido se desarrolló como una forma de promover la Consulta Nacional sobre Derechos y Cultura Indígena, movimiento generado como consecuencia de las negociaciones de paz y que pusieron fin a los enfrentamientos armados desde enero de 1994.

El primer día de ese año se registró una incursión armada del EZLN en diferentes municipios de Chiapas, días después se negoció un alto al fuego y el Gobierno Federal creó una Comisión por la Paz encabezada por Manuel Camacho Solís, que entabló pláticas con representantes del movimiento zapatista.

Años después, a principios de 1999, el entonces director técnico de Pachuca, Javier Aguirre, organizó un partido con tintes pacíficos con una selección del EZLN, integrada por miembros militares del movimiento zapatista.

Los insurgentes vestidos con camiseta negra, jugaron todo el partido con sus pasamontañas, implemento distintivo del EZLN, mientras el combinado liderado por Javier Aguirre estaba compuesto por ex jugadores profesionales, que nivelaron la balanza a su favor al concluir el encuentro con un marcador de 5-3.

Ese fue el primer “coqueteo” entre el futbol y el movimiento zapatista, en 2004 y 2005 la relación entre el balompié y el EZLN trascendió internacionalmente, cuando el Inter de Milán, de la liga de Italia, recaudó uniformes, balones y dinero efectivo que fueron donados en beneficio de los insurgentes.

El Zapatismo y el Inter de Milan

Encabezado por el legendario capitán del “neroazzuro” Javier Zanetti, el conjunto italiano hizo llegar los donativos a través de uno de sus directivos, que incluso viajó a Chiapas para entregar las donaciones que fueron destinadas en su mayoría a niños y mujeres zapatistas.

Un año después, en 2005, el presidente del Inter, Massimo Moratti intercambió una serie de cartas con el Subcomandante Marcos, vocero del EZLN desde su incursión armada, en las misivas, el directivo y el militar hablaban de la hipotética posibilidad de realizar una serie de partidos entre sí, pero nunca se concretaron.

Sin embargo, este intercambio de cartas pusieron en el mapa futbolístico al EZLN, que aprovechaba los reflectores para dar a conocer los objetivos del movimiento zapatista, integrado en su gran mayoría por indígenas.