Franz Beckenbauer
GRADA NORTE
José Luis Sibaja
HERMOSILLO, Sonora.- Franz Beckenbauer se retiró como futbolista profesional en 1983, hace poco más de cuarenta años. ¿Cómo explicar a las generaciones que no lo vieron jugar el por qué es uno de los grandes futbolistas de la historia? Vamos a intentarlo.
Empecemos por ubicarnos en el 11 de septiembre de 1945. Cuatro meses después de concluida la Segunda Guerra Mundial (SGM), con la caída de Berlín a manos de los países aliados, en Múnich, Alemania, nace el pequeño Franz.
Cuando Franz estaba por cumplir cinco años de edad, Alemania no participó en la Copa del Mundo Brasil 1950, castigado por la FIFA por pertenecer a los países del Eje (junto con Italia y Japón) que provocaron la SGM.
Ya con más uso de razón, Franz seguramente disfrutó el regreso de Alemania a una Copa del Mundo en Suiza 1954, certamen en que los teutones sorprendieron al orbe al superar a la “todopoderosa” Hungría en la final. La “Mannschaft” se impuso 3-2 a la escuadra Magyar para conquistar su primer título mundial.
Con 19 años cumplidos, Franz inició su carrera como futbolista profesional con el Bayern Múnich en 1964, y con el club bávaro desarrolló una de las más grandes historias que un jugador pudo escribir con un mismo equipo a lo largo de su carrera, comparable con Pelé, con el Santos de Brasil.
A lo largo de su carrera, Beckenbauer jugó para tres equipos: Bayern Múnich (1964-1977); Cosmos de Nueva York (1977-1980); y Hamburgo (1980-1982), para volver al equipo neoyorquino de 1982 a 1983.
Ahora hablemos de su palmarés a nivel clubes: A lo largo de 19 años, Beckenbauer ganó cinco títulos de liga en Alemania y tres en la liga de Estados Unidos, además de cuatro Copas de Alemania; conquistó tres títulos de lo que hoy es la Champions League, ganó una Copa Intercontinental y una Recopa europea.
Simultáneamente, con la selección de Alemania jugó 103 partidos y anotó catorce goles, desde su debut el 26 de septiembre de 1965 (apenas cumplidos los 20 años de edad), hasta el 22 de febrero de 1977; ganó una Copa del Mundo (Alemania 1974), fue segundo lugar en Inglaterra 1966 y tercer puesto en México 1970. También se alzó con una Eurocopa en Bélgica en 1972.
Al retirarse pronto se convirtió en director técnico y se estrenó con la selección de Alemania, el 12 de septiembre de 1984; en el banquillo guió al combinado teutón al subcampeonato en México 1986, al perder ante la Argentina de Diego Maradona; pero cuatro años después tocó el cielo una vez más.
En Italia 1990, Alemania venció a la misma selección “albiceleste” con un penal anotado por Andreas Brehme que decretó el 1-0 con el que Alemania ganaba su tercer campeonato mundial, y que ubicaba a Beckenbauer, entonces, como la segunda persona en coronarse en Copas del Mundo como jugador y como técnico, antes lo había hecho Mario “Lobo” Zagallo con Brasil en 1958 y 1962, en la cancha, y en 1970, en el banquillo.
Mención especial también para “Lobo” Zagallo, otro de los más grandes del futbol mundial, fallecido apenas el pasado 5 de enero a los 92 años de edad.
Beckenbauer fue ganador del Balón de Oro en dos ocasiones, en 1972 y 1976, y ya como presidente del Bayern Múnich, llevó a los bávaros a ocho títulos de liga, seis Copas de Alemania, una Champions League, un Mundial de Clubes y una Copa UEFA entre 1994 y 2006.
Como directivo, también encabezó el Comité Organizador de la Copa del Mundo Alemania 2006, aunque en algunos momentos fue acusado de fraudes, nunca se le comprobó nada que lo vinculara a procesos judiciales ni el propio Beckenbauer reconoció nunca nada ilegal en su gestión.
En la cancha siempre se distinguió por su elegancia y personalidad, por su liderazgo y una poderosa mentalidad ganadora, pero también se diferenciaba del resto de jugadores por su visión de campo, su técnica, su veloz y larga zancada, letal cuando se enfilaba la portería rival.
En labores defensivas, tenía un “timing” perfecto para barrer o hacer la cobertura, tenía ese talento innato para olfatear el momento de flotar en la retaguardia, para encarar a cualquier rival y para sumarse al ataque con claridad en sus ideas ofensivas.
Al incorporarse hacia la portería rival, tenía el sentido de asistir o definir, siempre elegía la jugada correcta y en su mente ya estaba dos pasos adelante que su rival.
Sin duda Beckenbauer fue un adelantado a su época, en la que brillaban otras estrellas en la constelación de cracks con diferentes características, como Pelé, Bobby Charlton, Eusebio, Johan Cruyff, e incluso Michel Platini y Diego Maradona, en el inicio de sus carreras.
Franz Beckenbauer fue llamado el “Káiser” y así quedará grabado en la memoria del futbol mundial, y su grandeza siempre brillará entre los más grandes jugadores de este deporte, por su calidad, logros y legado.
Danke, Franz Beckenbauer.
“Le conocí cuando yo era un chico – estaba en la Juvenil que se preparaba para el Mundial 79 – y él, un grande ya – estaba en el Cosmos –. Siempre me impactó su elegancia para jugar al futbol”, Diego Maradona, “Yo soy el Diego de la Gente” (Planeta, 2000).
“(A Beckenbauer) no se le escapaba ninguna pelota, ni mosca, ni mosquito, que quisiera pasar; y cuando echaba adelante, era un fuego que atravesaba la cancha”, Eduardo Galeano, “El futbol a sol y sombra” (Siglo veintiuno editores, 2002).
José Luis Sibaja: Director GRADA NORTE. Experiencia de 27 años en el Periodismo. Coberturas internacionales: 4 Juegos Olímpicos; 2 Copas del Mundo de Futbol; 3 Campeonatos Mundiales de Atletismo; 6 Juegos Panamericanos; y corresponsal de guerra en Ucrania.
Twitter: @jlsibaja
Beckenbauer , sin duda uno de los grandes en la historia. Gracias Chilly por compartirnos un recorrido por su vida en las canchas y bravo por la mención especial a Zagallo que se fueron casi juntos.
Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer el texto y por tus palabras, las valoro muchísimo.