ARLINGTON, Estados Unidos (GRADA NORTE).- Como ha sido una constante desde 2019, Estados Unidos venció a México, una vez más 2-0, para conquistar el tricampeonato de la Nations League de la Concacaf.

México llegó a siete partidos sin derrotar al combinado estadounidense, la última vez que lo hizo fue el 6 de junio 2019; luego de caer ante los vecinos del norte en partido por el título celebrado este domingo en el “AT&T Stadium” de Arlington, Estados Unidos.

Desde los primeros minutos del encuentro el conjunto estadounidense se volcó sobre la portería defendida por Guillermo Ochoa, con una primera oportunidad de Christian Pulisic, que disparó un tanto incómodo en una jugada que desarrollada por sector izquierdo.

Instantes después, México tuvo su primer remate a la potería con un zurdazo de Luis Chávez que llegó a las manos de Matt Turner, en jugada que nació en un saque de banda por izquierda.

La respuesta estadounidense llegó al 38’, cuando Sergiño Dest sacó un zurdazo desde afuera del área que pasó apenas arriba del travesaño lejos de la estirada de Ochoa, sin embargo, seis minutos después el marcador finalmente se abrió.

En acción que se desarrolló por el costado izquierdo, Tyler Adams recibió a un cuarto de cancha con toda la comodidad y sin marca, para sacar un potente disparo que se incrustó a la izquierda de Ochoa, para poner en ventaja de 1-0 a Estados Unidos al minuto 44.

El panorama no cambió del todo en el tiempo suplementario, con un Estados Unidos con mayor claridad de ideas y superior, no solo en lo físico, sino también en lo táctico, al incomodar a México en todos los sectores de la cancha, hasta provocar que el “Tri” recurriera a los pelotazos para sacar su balón de su sector defensivo.

En una de las pocas jugadas en las que México pudo acompañarse y amenazar la portería rival, Hirving Lozano terminó por sacar un disparo flojo que atajó sin problemas Matt Turner al minuto 56.

Estados Unidos aseguró el triunfo al minuto 63, en un remate dentro del área de Giovanni Reyna arrinconado a primer palo, pese a que estaba en la zona de Ochoa, que no pudo reaccionar para desviar el balón.

El resto del partido fue de trámite para Estados Unidos, que no tuvo problemas en mantener la ventaja y en neutralizar el ataque mexicano, que no pudo generar ninguna jugada de peligro.

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