KYIV, Ucrania (José Luis Sibaja, enviado GRADA NORTE).- En los primeros días de la guerra en Ucrania, Oleg Andrienko perdió su pierna izquierda en un ataque aéreo, pero después de superar la depresión, apoyado por sus hijas y asimilada su nueva realidad, ahora se dedica a impulsar a los niños y jóvenes a la práctica deportiva.

Antes de iniciar la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022, Oleg trabajaba en la construcción y mantenimiento de inmuebles, pero al comenzar los combates, primero, puso a salvo a su familia y después decidió unirse a las fuerzas armadas ucranianas para defender su país.

Sin embargo, apenas iniciadas las hostilidades, el 1 de marzo del 2022, fue alcanzado por un ataque aéreo en el pueblo de Yuriv, cerca de Makarova, en la región de Kyiv; como resultado, perdió su pierna izquierda y un amigo suyo falleció en el lugar.

“Íbamos en un vehículo y un avión nos atacó, oímos un ruido muy grande, el avión voló muy bajo y nos atacó. Después de un rato despertamos, estaban nuestros cuerpos cubiertos de tierra. Traté de levantarme, pero no podía, no sentía dolor. Mi amigo estaba sangrando, nos llevaron al hospital, pero él murió”, narró.

Al saber que había perdido la pierna izquierda, ahora usa prótesis, vinieron días complicados, recordó, pero tuvo el apoyo de su familia y amigos, y después de salir del hospital regresó a su casa para continuar su recuperación.

Oleg, que es padre natural de dos niñas y tutor de otra pequeña, comentó que sus hijas la apoyaron en todos los sentidos, además de que, por sus edades, 16, 15 y 12 años, ya no son tan dependientes de él, por lo que se hicieron cargo de todo durante esta etapa.

“Ellas continuaron estudiando, entendieron lo que había pasado y me apoyaron”, aseguró.

Supera depresión y recupera ganas de vivir

A pesar de los cuidados, reconoció, vivió momentos complicados en los que cayó en depresión, pero en un momento se dio cuenta que tenía que volver a recuperar las ganas de vivir, porque aún tenía una vida por delante y tenía muchas cosas aún por hacer.

Un día, platicó, recibió la invitación para participar en un programa de actividades físicas y deporte, en el que está en contacto con niños y jóvenes ucranianos para enfocarlos en estas áreas y ayudarlos a no pensar cosas negativas a causa de la guerra que se desarrolla en Ucrania.

De esta forma fue nombrado coordinador del programa “Parques Activos” en Veliky Karashin, un poblado de la región de Kyiv, en donde, además de acercar a los niños al deporte y actividades físicas, también comparte sus experiencias de vida con pláticas para motivarlos.

“Después de la herida estaba muy triste, caí en depresión, pero me di cuenta que la vida tenía que continuar, tener metas en la vida. Nunca pensé que la vida sería así, pero entendí mi nueva responsabilidad de apoyar a los niños y jóvenes al ser invitado este programa.

“Necesitamos mantener a los niños ocupados con cosas positivas, tener una generación de niños sanos, distraerlos de la guerra”, reflexionó.

Con el paso del tiempo, Oleg ha recuperado gran parte de su vida como antes, al reincorporarse al trabajo, coordinar el programa en el que motiva y comparte sus experiencias con niños, y estar al tanto de su familia, aun en los tiempos en que en Ucrania se libra una guerra con Rusia que no tiene fin a corto plazo.