Columna

Un paso más amargo que dulce

 

Desde de su llegada a las Águilas en el Clausura del 2015, el colombiano generó ilusión pero también desconcierto en la afición azulcrema, debido a que se pagaban alrededor de 11 millones de dólares, pero además se iban en la transferencia dos jugadores, Luis “El Quick” Mendoza  y el hermosillense Jesús Molina, éste último muy querido por la afición y pieza angular para el título que recién habían conseguido en el Apertura 2014.

 

Darwin Quintero llegaba al América tras su paso con Santos, con el que consiguió alrededor de 60 goles en 12 torneos y con el que había conquistado un título de Liga y uno de Copa, números que ponían a soñar a todo el americanismo.

 

Pero la realidad fue otra para el “cafetero” con los de Coapa, ya que en siete torneos en los que disputó 88 juegos en Liga, fue titular en 59 de ellos y sólo anotó en 15 ocasiones, un rendimiento por demás mediocre para lo que se gastó en su fichaje.

 

Con América conquistó dos títulos de la Liga Campeones de la Concacaf, y su mejor rendimiento lo tuvo en el Clausura 2016 donde metió seis goles, sin embargo, nunca pudo volverse esa figura que llevara la responsabilidad de la ofensiva azulcrema.

 

Del Clausura 2018 es mejor ni contarlo, ya que sólo disputó cuatro encuentros en Liga, de los cuales dos fueron como titular para sumar sólo 183 minutos jugados sin anotar un solo gol, sin mencionar que cuando entraba al campo se mostraba displicente e intrascendente con el balón en sus pies.

 

En general, Darwin Quintero fue un jugador que iniciaba muy bien los torneos, pero que en la etapa final de los certámenes, desaparecía y no influía en el juego ofensivo de su equipo.

 

En su poco más de tres años por la institución americanista, Darwin Quintero también dio mucho de qué hablar en temas extra deportivos, tanto con compañeros de equipo, rivales, afición o prensa.

 

En pleno Mundial de Clubes 2015, cuando América jugaba ante el Guangzhou de China, Darwin protagonizó una pelea en el terreno de juego y casi le propina un cabezazo a su compañero Rubens Sambueza.

 

Ese mismo año, y después de terminar el encuentro ante Pumas, el colombiano arremetió contra el defensor paraguayo Darío Verón, supuestamente al ser agredido con gestos raciales por el capitán de los Universitarios.    

 

En repetidas ocasiones Darwin Quintero fue acusado por su afición de evadirlos, hacerse de palabras con algunas zonas de espectadores que acuden al Estadio Azteca, además de ser de los jugadores que ni de broma se paraban al terminar sus entrenamientos en Coapa.

 

Y sin duda, uno de los errores más caros que tuvo Darwin Quintero fuera de las canchas, fue la ocasión en la que casi le pega un balonazo al reportero Marcelino Fernández, de la cadena ESPN, lo que le costó una suspensión interna y una multa económica, además de ser relegado a las categorías inferiores donde tuvo más apariciones en el presente certamen que con el primer equipo. 

 

Así culminó el paso de Darwin Quintero por el cuadro de las Águilas del América, con un sabor más amargo que dulce, un jugador que a pesar de sus capacidades mostradas no tuvo la suficiente mentalidad para ser un referente o simplemente nunca le interesó serlo, eso no se puede saber sin que él lo confiese, para mí, si no es el más caro sí es uno de los más caros fichajes en TODOS los sentidos para el América en los últimos años.

 

*Disfruto los deportes, pero más aquel donde se patea un balón y lo demás es felicidad pura.

 

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