Sulem: Un sentimiento que pelea
Aunque corta, la trayectoria que emprendió la peleadora originaria de Hermosillo, pero con residencia legal en Phoenix, Arizona, desde agosto de 2016 ha estado llena de intenso aprendizaje en tan solo nueve peleas.
Durante una visita a la capital de Sonora en la segunda semana de febrero para promocionar el cortometraje #ForYouAlexis en honor a su hermano asesinado en 2013, Sulem se da tiempo para reflexionar sobre su paso por los rankings de paga.
“Me he ido asentando en cada pelea, en el amateur brincoteaba mucho, era más rapidez y ahora es más fuerza, con la experiencia me estoy adaptando más al profesional, tiro más variedad de golpes, más ganchos al cuerpo”, dijo para abrir la conversación.
Sulem, cuyo nombre conjugado como verbo en lengua proto albanés quiere decir: ‘pelear’, ‘atacar’, luce en forma cerca de las 112 libras con hombros anchos y biceps cincelados debajo del entallado vestido de cuerpo completo color negro intenso y escotado que vestía en esta ocasión.
Luce como una pantera negra, pero a diferencia de una felina, reacciona al hablar con el tesón de una dama de hierro, con la fuerte voluntad, determinación, y ambición fija por el legado que ella quiere para sí misma y Alexis, no sólo en el resto de su vida, sino dentro del boxeo, donde planea extender su permanencia.
“Me veo con una carrera larga, me voy cuidando y creo que sí tengo las cualidades para llegar a un campeonato mundial, aparte creo que soy una mujer inteligente, sé moverme en las redes sociales y eso me va ayudar, beneficiar. Esta es una era diferente para el boxeo femenil porque por primera vez boxeadoras de la élite amateur han debutado y quieren buscar esos títulos mundiales así que siento que voy a poder estar entre las mejores del mundo cuando llegue el momento”.
“Tengo todo para llegar, me falta….”, hace una corta pausa, enfoca la atención y continúa: “Quizá Clarissa Shields con esas medallas olímpicas, a Kathy Taylor ¡la respalda todo su país entero!…. Creo que a mí, una barrera que siento a veces es el que yo soy nacida en México, vivo en Estados Unidos y siempre he sentido esa barrera, me dicen que no soy mexicana por vivir al otro lado cuando no saben que si tú vives aquí en México no te despiertas y miras las noticias que dicen ‘el mexicano hizo esto’, yo vivo en Estados Unidos y todos los días veo eso, todos los días me recuerdan que soy mexicana. Yo creo que mi país, el día que me respalde completamente, me digan y me acepten tal como mexicana yo podré estar en esa plataforma que las respalda porque tienen a todo un país”, opinó.
Sulem hace otra pausa para mover los brazos, sobre la mesa pone ambos puños, el izquierdo por delante del derecho. Sus manos son pequeñas, pero extraordinarias, uñas pulcras, no tiene cicatrices y las venas son prominentes hasta las muñecas. Es claro que son su principal arma, pero también un complemento para su comunicación verbal, que deja entrever una postura de poder y control, el problema es que a veces es difícil poder controlar un sueño pugilístico.
Por su determinación y origen humilde de clase media ella me recuerda a Maggie Fitzgerald, el personaje ficticio de la película ganadora del Oscar ‘Million Dollar Baby’ (2004), no por las virtudes en el ring, sino por la constante búsqueda de sacrificios por la consagración profesional en el negocio del dolor.
En una escena en el gimnasio, un amigo de su entrenador, interpretado por Morgan Freeman, le dice a Fitzgerald: “Si hay magia en el boxeo, es la magia de pelear batallas más allá de la resistencia, más allá de las costillas rotas, los riñones rotos y las retinas desprendidas. Es la magia de arriesgar todo por un sueño que nadie ve excepto tú”.
Del sueño, con el dolor y la tragedia, Sulem ha pasado a la realidad en un mundo agobiante dentro de un deporte controlado por machos alfa, donde a paso lento está aprendiendo a abrirse camino en su meta por llevar algún día hasta la tumba de Alexis un cinturón de título mundial, pero no quiere sólo uno.
Es muy ambiciosa, el señalamiento de indicarle en la entrevista que Sonora le ha dado al boxeo en total 12 campeones del mundo (incluyendo al finado David ‘Tornado’ Sánchez) y que ella algún día podría ingresar a ese club le hace abrir los ojos, ampliar la extensión de sus cejas profundamente pintadas y delineadas antes de soltar un jab verbal.
“Quiero llegar a ser campeona mundial, todo es paso a paso. Eso de ser la primera sonorense es mucha motivación para mí, pero lo que yo más anhelo es tener todos los títulos y me voy a ir paso a paso y con el favor de Dios para lograrlo, quiero unificar y quiero tener, tener todos los títulos esa es mi meta más grande en el boxeo: ¡Pues sería la primera sonorense en tenerlos todos, todos unificados así que…!”, expresó con harta confianza mientras su esposo Andrew Soto miraba con atención y los dedos sobre su quijada.
El trayecto hacia la gloria en el boxeo nunca es fácil, los ecos de las complicaciones que Sulem enfrentó en su debut profesional el 30 de agosto de 2016 contra Eloisa ‘Coreanita’ Martínez en Tijuana y después en Hermosillo contra Alma González, una limitada combatiente poblana, resuenan para los expertos y fueron un indicador de que la transición al profesional sería más complicada de lo esperado.
Pero hay una mejoría, después de ese par de duelos ha ganado todas sus peleas por decisión unánime, incluyendo su único nocaut técnico y otro resultado ‘no contest’ donde sufrió una cortada accidental en la frente por primera vez.
Debut en DAZN
Días después, el 23 de febrero, para su novena pelea regresó al ya mítico Auditorio Municipal de Tijuana, donde enfrentó a Judith Rodríguez (8-14) una veterana con experiencia en siete peleas por título mundial, algunas de ellas versión interino o vacante, y que tenía a la fecha 149 rounds boxeados, aunque no había peleado desde el 20 de enero de 2018.
Sulem dominó a su rival en seis rounds, ganando en todas las tarjetas para mejorar su foja a 9-0, pero sin conseguir el elusivo nocaut, el cual sólo ha logrado en una ocasión.
Con su aparición en Tijuana se convirtió en la primera boxeadora sonorense que debutó en la plataforma de streaming comercial DAZN, al ser la función co-promovida por Zanfer, Golden Boy & Matchroom. La misma fue encabezada por los veteranos guerreros excampeones mundiales Brandon Ríos y Humberto Soto, duelo que a la postre ganó Soto en doce asaltos.
Pelear a la sombra de los hombres en una era donde ya no existe HBO Boxing, la televisión mexicana pasa por un periodo de ajuste en su contenido boxístico, y a la par se promueven con agresividad nuevas modalidades como la app, impulsada por el influyente promotor británico Eddie Hearn, o ESPN+, le abre oportunidades a boxeadoras como Sulem que pueden concentrar sus esfuerzos para atraer nichos de audiencia interesados en ver el boxeo a través de cualquier dispositivo conectado a Internet por una fracción del precio, a diferencia del pago por evento y en el horario que más les convenga, además de interactuar en las redes sociales.
Ahí, Sulem ve una clave, pero también señala problemas estructurales que no van a desaparecer y tienen que ver con la base popular de apoyo mayoritariamente conformada por el público varón en México y Estados Unidos, así como por un sentido nacionalista vinculado a la búsqueda de ídolos peleadores, una combinación que crea poderosos estereotipos en el imaginario de la afición y el ánimo de negocio en promotores.
“México es uno de los países que más apoyo le da al boxeo femenil profesional, en Estados Unidos apenas empieza a haber en Televisión de nuevo, en Europa es bastante grande. Tenemos que seguir echándole muchas ganas”, dijo y luego reiteró: “No podemos pedir que se nos pague igual que al hombre porque no tenemos esa fanaticada, no vendemos los mismos boletos que el hombre, pero vamos en camino”.
“HBO casi nunca se enfocó al boxeo femenil, ni nos beneficiaba, ni nos afectaba. Siento que con las diferentes plataformas la TV está haciendo un cambio completo al irse a las aplicaciones y ahora ves más peleas, se van a ver todas las peleas desde el inicio hasta el final. Mi en Tijuana con Zanfer transmitida por DAZN, generará más seguimiento al boxeo femenil y nos va ayudar mucho”, confió.
‘Uno no nace racista’
De la mano de los estereotipos y de la aún profunda brecha entre hombres y mujeres, existe otra barrera reafirmada en años más recientes que tiene que ver con el odio estructural y los prejuicios raciales que amenazan con polarizar aún más la compleja relación entre México, la frontera, las minorías y Estados Unidos.
Del otro lado, Sulem físicamente se encuentra lejos del muro que separa a Arizona y Sonora, pero está fuertemente ligada por la percepción y su condición de doble nacionalidad que la hacen mexicana y estadounidense a la vez, pensar, actuar y sentirse en México, pero vivir y conducirse bajo las leyes de Estados Unidos en una dinámica que forja identidad, pero que no arrebata sentido de pertenencia y sí puede lograr lastimar el orgullo, al tiempo que se incentiva una ideología de xenofobia.
Esta es la primera vez que Sulem siente molestia, aunque poca es palpable, luego de escuchar la pregunta truena ligeramente los dientes, me mira con atención y levanta la quijada.
“Voy a decirlo de la mejor manera… Con la nueva Presidencia en Estados Unidos se nos ha tachado a los mexicanos de ser personas malas, de ser violadores de hacer ciertos crímenes, yo soy mexicana y no he cometido ninguno de esos crímenes, el color de mi piel… Yo soy mexicana, sé hablar perfectamente el español y sé donde vivo, respeto las leyes, es mi segundo hogar… Creo que en cierta manera hemos perdido el respeto como humanidad, hemos perdido el respeto en general porque ya no escuchamos las ideas de cada quien, simplemente somos déspotas, pensamos en dirigir ciertas cosas como queremos sin importar qué afectará el día de mañana”.
“A nuestros niños se les inculca tanto ser rudos y defender lo que ellos quieren, pero no estamos inculcando buenos valores, el ser generoso, el tener buen corazón, brindarle una mano a alguien que la necesita, como el simple gesto de abrir una puerta. Para mí, creo que tenemos que empezar a educar a los niños desde temprana edad, uno no nace racista, esos pensamientos llegan a uno conforme va creciendo y para mí sería el presentarme, conocer y convivir con niños de temprana edad y que ellos miren, y conocer la diversidad de cultura y pensamiento, conocer un poco de diferentes deportistas que siguen logrando cosas para que ellos miren un mundo diferente y no el que ven en las noticias, porque en las noticias solamente se ven las cosas malas”, espetó.
La articulación verbal y el sentimiento provienen de alguien que en carne propia junto a su familia sufrió los efectos de un crimen, cuando dos hispanoamericanos ingresaron a la casa de sus padres para robar y en el acto mataron a su hermano Alexis, es una respuesta pragmática, propia de lo que caracteriza a Sulem y que enmarca el sentimiento de una generación atrapada en el discurso de odio y busca, como en su caso con el boxeo, pelear porque la vida sea conducida en el marco de la tolerancia y el respeto.
A sus 28 años de edad Sulem tiene la piel más gruesa, como se dice coloquialmente, no es para menos luego de soportar tragedias, heridas físicas, el racismo en Estados Unidos, la discriminación de aficionados que sólo quieren boxeo varonil y además de ser relegada en su intento por clasificar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando Ricardo Contreras, el líder de la Federación Mexicana de Boxeo, tomó decisiones que la orillaron a desistir y dejar trunca la búsqueda de una medalla.
“En el 2016 cuando la federación me sacó del equipo nacional mexicano para Río 2016 de una manera un poco injusta y no tan correcta me entristeció mucho, pero yo tengo la convicción, me hizo la piel un poco más gruesa, pero yo sé lo que quiero. Me hizo agarrarme más de mis sueños, quizá no pude competir en unos Juegos Olímpicos, pero mi meta principal es ser campeona mundial, ganar todos los títulos, de ahí me agarro. Yo sigo, trabas siempre las va haber, pero yo tengo el carácter para hacerlo bien, la determinación”, insistió.
Golpear y recibir puñetazos es una poderosa metáfora para ilustrar la vida, en su caso ese proceso no podría ser posible sin el sólido respaldo de su esposo y entrenador, Andrew Soto quien la ha guiado desde que Sulem competía en el nivel amateur en Phoenix, si bien ella es el bólido que acelera cuando se enoja, él es la voz de la experiencia, la calma y el compañero.
“No hay nadie en este mundo que haya visto lo peor de mi y lo mejor de mí, él ha estado en este mundo conmigo en los momentos más difíciles de mi vida hasta ahora con más logros, el hecho de que él siempre haya sido mi entrenador antes de tener una relación me ayuda”.
“Ya conocía el carácter que tenía y en cierta manera los entrenamientos me han caracterizado para ser muy fuerte, yo ya sé cómo es él, me conoce a mi muy bien, sabemos lo que tenemos qué hacer para que la relación funcione y más que nada para que en la esquina nos entendamos bien, es algo en lo que ya tenemos casi 13 años entrenando juntos, es una relación que se forma, es difícil de explicar pero con una sola mirada se entiende”, sonrió, y lo hizo por primera vez en la entrevista al referirse a su marido, quien pacientemente observaba en silencio.
‘Para ti Alexis’
El viejo cliché que dice ‘el tiempo cura las heridas’ está desgastado, pero todavía funciona para exponer el proceso de duelo por el que Sulem atraviesa, y que ha convertido en una ferviente motivación para pelear con alegría por los sueños que su hermano alguna vez le comentó y que ya no podrá alcanzar.
La última vez que Alexis compitió lo hizo en 2013, en las 141 libras, y ya era reconocido como un destacado campeón nacional juvenil estadounidense en pleno ascenso, la mirada y rangos de expresión de Sulem comparte con su hermano son idénticos, así como el sentimiento genuino que alguna vez en vida fue mutuo.
“Mi hermano era una persona muy alegre, muy noble, creo que era distinto a todos mis hermanos, incluso a mi, yo puedo ser muy corajuda, (ríe) muy enojona. Era muy noble y yo lo recuerdo así, recuerdo su sonrisa, recuerdo las ganas que él tenía de lograr esos sueños, él tenía con certeza, sabía que lo podía lograr. Para mí él es levantarme con el pie derecho, levantarme con la actitud de ‘lo puedo lograr’, y como siempre lo digo ‘Para ti Alexis’”, dijo mientras volvía a sonreír como si su hermano la estuviera abrazando.
Sólo tiene que pelear
Para su entrenador Andrew Soto no hay prisa en el desarrollo de Sulem. En este punto, se trata de hacer cambios en su boxeo que le impriman mayor calidad al estilo, exponerla más ante la audiencia mexicana y protegerla todo el tiempo en el ring, porque a partir de esta pelea el nivel de exigencia va aumentar con las rivales.
“Lo único que le falta a ella es pelear, le falta seguir peleando, ha habido varias fechas que se le han caído. Debió haber estado en la fecha de Miguel Berchelt y Francisco Vargas, se le cayó la fecha. Yo pienso que en ese escenario ella pudo haber desarrollado mucho más porque es algo diferente, es una plataforma más alta”, dijo refiriéndose a la oportunidad perdida de haber peleado en ESPN+ el próximo 23 de marzo en Inglewood, California.
“En el año 2017 se le cayeron tres o cuatro peleas y podía haber sido mucho mejor para ella si no se le hubieran caído, lo único que ocupa es seguir activa”, agregó. “Nosotros entrenamos todos los días, después de una pelea descansa cuando mucho una semana e inmediatamente es la primera que quiere volver al gimnasio, la disciplina está, las ganas están ahí, lo único que le falta son las fechas”.
Sobre la posibilidad de alcanzar una oportunidad por pelea de título mundial Soto comentó que la incertidumbre de una fecha no los inquieta, la presión porque sea pronto no existe en este momento y la prioridad es el desarrollo de un estilo más atractivo para las nuevas plataformas, pero acompañado por peleas concertadas donde Sulem aprenda a protegerse mejor y estallar con más poder.
“Pienso que se puede dar solo, pero no quiero apurar la cosa tampoco, pero no quiero decirle a ella ‘ya’, prefiero irla desarrollando va llegar la fecha… si llega mañana, si llega en un año, pero va llegar y para cuando llegue va estar lista”, aseguró.
En este proceso de desarrollo lento, en caso de que el sufrimiento sea mayor al esperado y que el público tarde en reconocerle, Sulem sólo desea ser recordada con intensidad, así tendrá el orgullo tranquilo y su legado estará asegurado por siempre en el boxeo.
“Quiero ser recordada como una mujer fuerte, de carácter, alguien que se puso las metas y las logró, como alguien que atravesó obstáculos y no le importó, siguió adelante y logró sus sueños como boxeadora pero también como persona, quiero que la gente sepa que soy una mujer humilde, pero con carácter fuerte”, concluyó.
Su camino es claro, sólo tiene que seguir peleando.
PERFIL
NOMBRE: Sulem Urbina Ochoa de Soto
EDAD: 28 años
ENTRENADOR: Andrew Soto (esposo)
DIVISIÓN: Peso mosca (112 libras)
SIGNIFICADO DEL NOMBRE
Sulem: Significa ‘pelear’, ‘atacar’, en lengua proto albanés
RÉCORD PROFESIONAL: 9-0-0, 1 KO, NC
RÉCORD AMATEUR: 84 peleas | 77 combates, 7 derrotas
PALMARÉS
– 4 veces campeona nacional mexicana
– Representó a México en la competencia internacional de 2010, 2013-2016
– Oro en Copa de la Independencia en República Dominicana
– Plata del Festival Panamericano, Ciudad de México
– Oro, segundo clasificado para los Juegos Centroamericanos en Colombia
– Bronce en el Campeonato Continental Guadalajara, Jalisco
– Bronce Copa Romana en la República Dominicana
– Plata en Juegos Centroamericanos y del Caribe Boca Rio, Veracruz
– Calificó para los Juegos Panamericanos 2015
– Participó en el Clasificatorio Olímpico de las Américas en Buenos Aires, 2016
– Dos veces ganadora de los Guantes de Oro en Arizona, 2007 y 2009
DATO GRADERO
° Debido a problemas con la Federación Mexicana de Boxeo, no pudo asistir al Campeonato Mundial de Mujeres en Kazajistán, donde debía competir por los últimos lugares para ingresar a los Juegos Olímpicos de Río 2016.