Hace muchísimos años que no veíamos un 4-2-4 nominal, como el que planteó el nuevo DT del Tricolor, que por momentos se convirtió en un 2-4-2-2 y pasando la frontera del último tercio de cancha, era un 2-4-4.

Sabiendo que los de la Selecta no traían mucho parque para tirar, con Moreno y Ayala le bastó para defender el escuálido ataque centroamericano.

Layún y Fuentes volanteaban juntándose con los medios “de contención” Guardado y Herrera que, tan saben atacar, que ambos anotaron.

Al frente Vela, “Chícharo”, Oribe y Corona hicieron talco a la zaga visitante y si no anotaron siete, fue porque anduvieron erráticos a la hora de jalar del gatillo.

El timorato juego del “Chepo” y Miguel Herrera, acostumbrados a jugar con cinco defensivos y dos volantes de contención, te generaba mucho toque, mucha posesión,  mucho ir y venir, pero poco futbol, poca verticalidad.

Por más que me digan que los laterales se convertían en extremos, poco vi esa efectividad en su momento.

Osorio partió de un principio básico de juego. “Si yo los ataco y tengo el balón, que se preocupen ellos por cómo nos van a detener, en lugar de ocuparnos de cómo defendernos…”. Digo, no sé si dijo eso, pero por lo que vimos, lo ha de haber pensado. Y sí… se vio un cambio favorable.

Tan pronto como este martes, encaran a la selección de Honduras y habrá mucho más roce, mucho juego físico con los catrachos que les encanta la lucha cuerpo a cuerpo y la más bajita te la ponen a la altura del “pescuello”…

Yo espero a ver qué dice Manolo Lapuente de esa presentación del Tri de Osorio. Había dicho que era mucho “choro”, mucho rollo. Puede ser, pero yo vi un mejor futbol que aquél que por poco los deja fuera del Mundial y al que acudió gracias a EU, y a ese más cercano que les dio la Copa Oro, gracias a los señores soplapitos que los resucitaron ante Panamá, cuando ya estaban en cuidados intensivos… ¿Lo recordamos o ya se nos olvidó?

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El sábado pasado, estadio lleno en el Tecnológico de Monterrey para despedir ese inmueble.

Repleto hasta las banderas pese a la lluvia y frío, para ver a los veteranos Tigres y Rayados, donde los felinos se llevaron el triunfo 4-1 y los señores futbolistas volvieron saborear un poco de miel, de aplausos y gloria de su querida afición, que no le importó que trajera cada uno un centenar de kilos encima… igual los ovacionaron.

Los goles, cortesía de Claudinho, para Rayados; Luis Hernández, Aílton, Claudio Núñez y “Kikín” para los Tigres.

Mis respetos para la raza norteña, que por algo es La Mejor Afición de México.

¡Y juímonoooos!…