HERMOSILLO, Sonora (José Francisco Arredondo/BIP).- Resulta imposible hablar sobre los inicios del tae kwon do en Sonora sin pensar en uno de sus principales precursores, Rafael Sosa Morera. 

Al repasar sus cincuenta años involucrado con este arte marcial, Sosa Morera abrió las puertas de su escuela Martial Sport People para hablar de su trayectoria, el presente de las artes marciales en México y sus retos para el futuro. 

Fue en 1967 cuando empezó a incursionar el mundo del deporte por influencia de su padre, quien siempre lo ponía a él y a su hermano a hacer ejercicio.

“Cuando se dio lo del tae kwon do fue porque un grupo de profesionistas, hicieron un grupo y contactaron a Henry Ríos (su primer maestro) y me les uní, sin embargo, mi intención no era enseñar, mi intención era nada más entrenar”, recordó al hablar de su entrada al arte marcial.

Sosa explicó que en un inicio esta disciplina se utilizaba como nutrición para el espíritu y el pensamiento, pero actualmente es utilizado como un sistema competitivo para el ‘campeonismo’, ocasionando que ahora los entrenadores tengan que concentrarse en los aspectos técnicos.

Entre las personas de mayor influencia en su carrera, reconoció, destaca su entrenador Henry Ríos, veterano de la Guerra de Vietnam, a quien catalogó como un hermano y un gran amigo.

“Nosotros entrenábamos con Henry en Nogales, Arizona, y eran clases muy militares, eran demasiado fuertes e intensas en el aspecto físico, eran contactos muy fuertes, y solamente en entrenamientos sufrí 16 fracturas en mi cuerpo que fui superando poco a poco.

“Henry Ríos fue el que me ubicó en la esencia del tae kwon do, que es la espiritualidad, ver todo hacia adentro, que es lo que se requiere cuando uno está en peligro de muerte”, continuó Rafael de forma pensativa.

Actualmente, reveló, Ríos se encuentra en una lucha contra un cáncer casi de tipo terminal, producto del fumigante “Agente Naranja” a la cual fue expuesto durante los periodos bélicos en los que fue parte.

Notable crecimiento como taekwondoín

1975 fue un año determinante en la carrera de Rafael Sosa, ya que fue en ese momento cuando deja de entrenar con Henry Ríos, se convierte en cinta negra, obtiene la presea de oro en el Campeonato Nacional y cierra su escuela en Hermosillo para ser alumno de Dai Woon Moon.

El taekwondoin sonorense admitió que fue el mismo Henry Ríos quién le confesó que no tenía nada más que enseñarle, por lo cual procedió a convertirse en pupilo de Dai Woon Moon.

“El profesor Dai Woon Moon traía en su haber una modalidad que era ballet marcial y como en mi casa eran músicos, entrenaba con el metrónomo, entonces hice una propuesta y me la aceptó.

“Para aceptarme tenía que ponerme a prueba y dijo: ¿bueno, entras al combate o a las formas?, pues a las formas dije yo, porque sus competidores me hubieran hecho pedazos, estaban demasiado fuertes”, bromeó Sosa con respecto a ese episodio de su trayectoria.

Más allá de su trascendencia como competidor, Sosa también ha destacado como entrenador, logrando traer a Sonora un evento hasta la fecha único en su categoría, el dual-meet entre combatientes sonorenses y Corea del Sur realizando en el Gimnasio del Estado en Hermosillo.

“Recuerdo que fue un maratón, porque solamente éramos dos personas; Mario Peñúñuri (taekwondoín con cinta negra) y yo, entre los dos hicimos toda esa odisea, no teníamos apoyo de ningún lado y quedó como histórico porque no se ha podido repetir”, rememoró sobre el evento en el cual los asiáticos resultaron vencedores.

Al hablar de sus logros como competidor, reconoció que él no tiene ninguno ya que a él no le funciona la competencia, si bien él se dedica a enseñar, el no necesita competir para superarse.

“Yo me considero artista, no deportista. Cuando hacía mis formas o algún combate, era porque quería expresar mi energía.

“Todas las medallas que yo gané las fundí y no tengo ninguna, nada más tengo reconocimientos de mis alumnos, por eso digo que la competencia para mí no tuvo ningún significado”, confesó sobre la importancia que tenían para él los logros materiales.

Gran futuro en México

Tras cincuenta años dentro de las artes marciales, señaló que ve un muy buen futuro para el tae kwon do mexicano, ya que es la disciplina más practicada en México, a pesar de que el futbol es el deporte más masivo.

“Es tanto el incremento en los practicantes del tae kwon do que se puede ingresar a este arte marcial desde el nivel preescolar, es muy seguro que pasando el siguiente ciclo olímpico el tae kwon do ya entre como parte del sistema educativo”, argumentó.

Lo que más caracteriza a este arte marcial en México, opinó, es la pasión con la que se vive, ya que se elevan los niveles de adrenalina y los mexicanos se distinguen por desbordar la pasión.

“Al principio en el tae kwon do, todas nuestras costumbres, forma de hablar y comportarnos era casi coreana y eso chocaba con nuestra cultura, pero al difuminarse, va aflorando la naturaleza del mexicano”, aseveró al hablar de uno de los factores que afectó a esta disciplina en México.

Actualmente Sosa Morera se dedica a enseñar en su escuela Martial Sport People que él define como un centro de realización personal donde se enfocan en el desarrollo humano, desde la conciencia hasta la destreza física, y si algún alumno tiene dotes para competitividad se buscará la forma de proyectarlo.

“Buscamos que la persona se descubra a sí mismo y le ayudamos a hacer para lo que vino aquí, no porque tira buenas patadas lo llevamos hacia la competencia, como se hace en todas las escuelas”, recalcó orgullosamente.

Pupilos notables de Rafael Sosa

• Jorge Sánchez Arellano: Ganador del dual meet Sonora-Sinaloa del año 1984 y elegido para competir en el primer dual meet internacional.
• Fátima Flores Vázquez: Primera mujer en practicar esta disciplina, Cinta Negra tercer dan y precursora junto con Rafael Sosa del arte marcial.
• Karla Araiza: Primera mujer sonorense en ingresar al Comité Olímpico Mexicano. Ganadora de ocho campeonatos del mundo.