Se han obtenido triunfos sobre todo en la Unión Americana, con público mexicano ávido de ver a equipos mexicanos, o bien a la selección en cualquier estadio de ese país.

Pero no nos engañemos, en el primer obstáculo serio en la Copa América, Chile nos recetó un 7-0 imborrable que evidenció la realidad de nuestro fútbol con este señor entrenador.

Osorio ganó algunos títulos en Colombia con el Atlético Nacional y nada más; sin haber ganado nada importante los federativos de selecciones nacionales lo trajeron de  Brasil con la idea de un nuevo proyecto para Rusia 2018.

Una vez que le hemos ido conociendo en sus conferencias y con sus dizque esquemas y tácticas con una buena dosis de conceptos que deslumbran a los que no han visto Champions o torneos de el UEFA o de la misma Libertadores, los medios y la prensa en general, ha coincidido en que este tipo es un vendedor de espejos.

A pesar de que los federativos lo escondieron de la prensa durante dos meses después de la estrepitosa derrota de 7-0, ha retornado con su mismo verbo, pero ya se ha encontrado con que la gente se ha dado cuenta que la Selección Mexicana no juega a NADA.

Las famosas rotaciones que defiende con el pretexto de crear competencia, no han sido más que un verdadero manoseo de jugadores que nunca saben si serán titulares.

No entienden los federativos, de nada han servido las últimas experiencias en donde hasta hemos tenido que jugar un repechaje en un torneo en donde hay tres lugares y ni eso se pudo lograr recientemente.

Para noviembre en Columbus y Panamá nos daremos cuenta de lo hay en torno a este señor vendedor de espejitos que no nos garantiza que se tenga una selección competitiva. Espero equivocarme, me daría mucho gusto, pero la verdad; no lo creo.

Saludos al público de Grada Norte.