Columna

No, no serán unos Juegos Olímpicos tristes por falta de público

 

Diferentes, sí. Inéditos, ciertamente. ¿Polémicos? Sí, también. Sería engañarnos si pensamos que no existe controversia por la riesgosa celebración de un evento deportivo global en tiempos de pandemia y en un país con un altísimo porcentaje de la población que está en contra de su celebración.

 

Acertadamente el año pasado los Juegos Olímpicos no se celebraron a causa de la pandemia del COVID-19, y el Comité Olímpico Internacional, en coordinación con el Gobierno de Japón, decidió reprogramarlos para iniciar el próximo viernes 23 de julio de 2021.

 

Hace un año era impensable pronosticar que en estas fechas ya existiría, no una, sino varias vacunas para combatir la pandemia, pero ciertamente los esfuerzos/resultados no han sido del todo iguales en diferentes partes del mundo, mientras en algunos países ya hay un alto porcentaje de población protegida, como en Estados Unidos; en otras naciones las dosis se han aplicado muy lentamente, como en Japón.

 

El reto es mayúsculo para todos los órganos deportivos que dan forma a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, el compromiso actual es enorme y el peso de la responsabilidad histórica se empezará a conocer pocas semanas después de concluidos los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos.

 

En lo personal, honestamente nunca he estado del todo convencido que sea una buena idea la celebración de los Juegos Olímpicos en tiempos de lucha contra un virus altamente contagioso y que ha cobrado miles de vidas alrededor del mundo.

 

Más bien considero que la prioridad económica del COI pesa más en la decisión de su realización, abrazando el argumento de darle la oportunidad a los deportistas del mundo de competir (no pongo en ningún momento en duda que merecen cumplir ese sueño olímpico de toda una vida), pero que en tiempos de pandemia representa un gran riesgo global.

 

Si bien es cierto que todo extranjero con cualquier tipo de acreditación que llegue a Japón (se calcula alrededor de cuarenta mil personas) deberá cumplir con muchos protocolos como filtros para detener la pandemia, también se ha visto que, aun con ello, ya se han detectado algunos casos de deportistas que han sido puestos en cuarentena ya en territorio japonés.

 

Esperemos que al final de Tokio 2020 (Olímpicos y Paralímpicos) no existan consecuencias que lamentar y que todos los participantes regresen a sus países sanos.

 

Pero ya que finalmente sí se celebrará la justa olímpica, al hablar sobre lo meramente deportivo, no puedo coincidir con la gente que piensa que Tokio 2020 serán unos Juegos Olímpicos “tristes” porque las competencias se celebrarán a puerta cerrada, sin público, ni apoyo de los aficionados y en escenarios vacíos.

 

Creo firmemente que los deportistas del mundo, ya que tienen la oportunidad de hacerlo, aprovecharán (bajo estrictos controles sanitarios) el momento de vivir toda la experiencia olímpica. Todos saldrán a dar su mejor esfuerzo, muchos impulsados por el deseo de toda una vida esperando ese instante.

 

Otros muchos, no lo dudo, lo harán con el corazón en la mano, dedicando sus actuaciones a sus seres queridos en estos tiempos difíciles que atraviesa la humanidad. Hay tantas historias en cada deportista que llegará a Tokio 2020, que será imposible no conmoverse al verlos competir.

 

En cada deportista hay sacrificios, historias de superación, de resiliencia. En esta época de pandemia, muchos habrán superado dudas, pérdidas de seres queridos, crisis e incertidumbre, en su recorrido para llegar a unos Juegos Olímpicos.

 

Con todo esto, ¿realmente creen que los Juegos Olímpicos serán tristes porque no habrá público en las gradas? Yo no lo creo, más bien pienso que serán unos Juegos Olímpicos llenos de emotividad, porque hay muchos sentimientos contenidos entre deportistas, entrenadores y aficionados (que seguirán las competencias por televisión).

 

Tokio 2020 debe ser una catarsis para toda la comunidad olímpica, tras largos meses de entrenar en solitario, de prepararse sin saber cuándo se volvería a competir. Hay tantas emociones guardadas, que a partir del 23 de julio empezarán a florecer.

 

En verdad, sinceramente deseo que los Juegos Olímpicos Tokio 2020 dejen más cosas positivas que potenciales consecuencias negativas en este escenario tan complejo.

 

Sí, será un gran reto y seguramente el COI y el Comité Organizador saben de la responsabilidad que tienen encima. La historia espera pacientemente todos los acontecimientos para, en su momento, juzgar y dar su veredicto final, mientras tanto, los deportistas tendrán la oportunidad de competir en el momento más importante de sus vidas deportivas.

 

 

José Luis Sibaja: Director GRADA NORTE. Experiencia de 24 años en el Periodismo Deportivo. Coberturas internacionales: 4 Juegos Olímpicos, 2 Copas del Mundo de Futbol, 2 Campeonatos Mundiales de Atletismo y 6 Juegos Panamericanos. TWITTER: @jlsibaja

 

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