Las dos caras de la moneda
En estos tiempos estamos viviendo las dos caras de la moneda en instituciones de gran peso en sus respectivos países; por un lado, el adiós de Zinedine Zidane, con el Real Madrid, y por el otro lado un “adiós” de Matías Almeyda, con las Chivas del Guadalajara, que se ha convertido en una novela entre directiva, cuerpo técnico y jugadores.
El Real Madrid esta vez ha hecho las cosas como se deben hacer ante la partida de un HISTÓRICO del club como lo es el francés, anteriormente no lo hicieron tan bien con otro referente como Iker Casillas.
El técnico que hizo posible lo impensado en poder llevar a los Merengues a ganar tres Champions League seguidas, se despidió del club en la cúspide y de la mejor manera; en una conferencia de prensa Zidane anunciaba que dejaba el club en un momento de gloria y con lágrimas en los ojos, dando muestras que su discurso se había gastado y que sería muy complicado mantener motivados a jugadores que lo ganaron todo con “El Mago”.
Inmediatamente las redes sociales “explotaron” con comentarios positivos de los fanáticos hacía el francés por sus buenos números, y hacia la directiva Blanca por la manera en que despedían a uno de los mayores ídolos del club en la historia.
Los mismos jugadores Merengues coparon las distintas redes sociales con mensajes de cariño y emotivas despedidas hacia el “Mister”, deseándole lo mejor para el futuro cercano y dándole las gracias por todo lo que habían conseguido a su lado.
Por su parte, en el entorno Rojiblanco aún se respira un olor de incertidumbre por lo que pueda pasar; distintos medios de comunicación y reporteros se han encargado de “sembrar” rumores sobre una inminente salida del técnico argentino que fue quien llevó a la estabilidad a un equipo que pasaba por sus peores momentos.
Almeyda sacó a Chivas de los puestos de descenso, y ganó dos Copas MX, una Super Copa Mx, una Liga MX y una Concachampions, para ganarse el respeto y el cariño de todos los aficionados del Rebaño Sagrado.
Pero como lo hemos visto anteriormente, la directiva de Chivas comandada por Jorge Vergara, en el paso de los años ha dejado claro que no se capta de ser de las más dadivosas ni con sus jugadores ni mucho menos con los técnicos que han pasado por ese banquillo, saludos Ricardo La Volpe.
Aun así, se podía esperar que con “El Pelado”, no se portaran tan “pelados” y le dieran el lugar que se merece, después de todo lo conseguido en el club; pero al parecer las cosas no son así ni lo serán.
Ha trascendido en las últimas horas, que la directiva de Chivas quiere y a la vez no quiere despedir a Almeyda; lo desea, porque la relación entre él y la directiva es inexistente, al punto de no haber cruzado palabras desde que culminó el torneo.
Por eso pusieron en marcha el plan “anti-Almeyda” para que él solito se vaya y así no pagar su liquidación; el plan consiste en desbaratarle al equipo y contradecir todas sus órdenes, que van desde no fichar ninguna recomendación suya; vender a jugadores base de la plantilla como Cota y Pizarro, y convocar a los jugadores una semana antes de los estipulado por el argentino para comenzar con la pretemporada.
Acá también fanáticos y jugadores empezaron a publicar su sentir por medio de las redes sociales, sólo que a diferencia de lo que pasó con el equipo Blanco, las muestras sólo fueron de apoyo hacia Matías Almeyda y de mentada tras mentada hacia la directiva, que en repetidas ocasiones ha dado muestras de no estar a la altura de una institución como lo es el Guadalajara.
Con estos dos casos podemos darnos cuenta de cómo deben de ser las formas idóneas de manejar una despedida de dos figuras importantes en el presente de un club, sólo queda esperar a que la novela entre Chivas-Almeyda concluya en buenos términos para ambas partes, en beneficio de sus aficionados, del mismo club y sobre todo de los jugadores, quienes al final de cuentas son los que se quedarán a representar y vestir una camiseta que tantos maltratos ha recibido en los últimos días y meses.
*Disfruto los deportes, pero más aquel donde se patea un balón y lo demás es felicidad pura.