Columna

La Masacre de San Valentín: Sugar Ray Robinson vs Jake LaMotta

El 14 de febrero de 1929, en el lado norte de Chicago, siete hombres del capo George “Bugs” Moran fueron ejecutados por sicarios disfrazados de policías en una de las escenas más sangrientas que hayan sido registradas por la prensa de esa época.

Nadie fue condenado por el crimen que impactó a Chicago y sus familias, aunque la creencia general fue que el famoso gángster Al Capone fue el responsable.

A este hecho sangriento y brutal se le denominó “La Masacre del Día de San Valentín”.

Ese mismo día, pero veintidós años más tarde en 1951, dos boxeadores de estilos incomparables, Sugar Ray Robinson y Jake LaMotta, un tipo que tenía sus propias conexiones con la mafia, protagonizaron una batalla de tal brutalidad que fue denominada como “La Masacre del Día de San Valentín”.

No había romance cuando Robinson y LaMotta se infligieron castigo el uno al otro dentro del Estadio de Chicago esa noche del Día de los Enamorados. Los dos habían compartido el ring en cinco ocasiones antes de esta pelea, pero nunca tuvieron la dosis de brutalidad que los hizo parecer poseídos de forma tan evidente.

El boxeo puede ser científico y brutal, pero en ocasiones como esta va más allá de los golpes de poder, el estilo, los cortes y la sangre.  No muy a menudo ves una determinación que tan pocos hombres tienen, una fuerza mental poco característica entre los que no están preparados para el pugilismo profesional, y son estos atributos los que muchos fanáticos de la Ciencia Dulce han llegado a amar, admirar y ansiar por décadas.

Toro Salvaje

Jake LaMotta, ‘El Toro Salvaje’, fue un ejemplo perfecto de un hombre con tal determinación. Críado en el Bronx, Nueva York, no era un boxeador llamativo, ni tenía el tipo de poder noqueador que hace atractivo a un peleador ante las masas, fue su negativa a retroceder, su voluntad de combatir cuando aparentemente todo estaba perdido lo que lo hizo grande e inmortal.

La inclinación de LaMotta por la violencia era tan famosa como su corazón y así como su estilo agresivo dentro el ring era adorado; sus acciones fuera del cuadrilátero a menudo eran ridiculizadas.

Arthur Daley, un periodista de la época para el New York Times, describió la falta de nobleza de LaMotta cuando escribió: “Jake se queda varios años luz por debajo de la calificación de uno de los hombres nobles de la naturaleza”, pero pon a un hombre en un ring de boxeo y observa cómo supera las probabilidades y encontrarás muchas transgresiones olvidadas al instante, como fue el caso de LaMotta, inmortalizado por cierto en la película ‘Raging Bull’ (1980, Scorsese), estelarizada por Robert de Niro, quien a la postre ganó el Oscar como mejor actor.

Científico Dulce

A Sugar Ray Robinson se le considera comúnmente como el mejor boxeador libra por libra de todos los tiempos y es fácil ver por qué. Una mezcla de velocidad, potencia, fuerza y juego de pies, Robinson estableció un punto de referencia para la grandeza en un deporte con una historia larga y rica, pero fueron sus combates contra LaMotta los que a menudo son más recordados.

LaMotta fue el único que logró derrotar a Robinson entre 1939 y 1951, cuando lo sacó del ring el 5 de febrero de 1943 en peso welter, en ocho rounds.

LaMotta a menudo bromeaba en sus días después del boxeo: “Peleé tantas veces contra Sugar Ray Robinson, es una maravilla que no tenga diabetes”, pero no fue todo para el enigmático “Bronx Bull”, como se le apodada de forma original en sus días de plenitud y tipo rudo.

Robinson ganó la primera batalla entre en octubre de 1942 antes de perder el primer combate de su carrera profesional en la revancha en el Olympia Stadium en Detroit, Michigan, en 1943, en lo que fue descrito por The New York Times como: “un manjar pugilístico inigualable en muchos años”.

Tres peleas más entre 1943 y 1945 siguieron con Robinson ganando dos por decisión unánime y la tercera fue una victoria por decisión dividida para Ray, pero muchos sintieron que LaMotta había hecho lo suficiente para obtener la victoria, nada más que la multitud de más de 14,000 presentes.

Al final, sin embargo, el referí Johnny Baer y uno de los dos jueces vieron suficiente golpeo efectivo como para darle a Robinson la decisión.
La sexta pelea entre los dos es quizás la más memorable, gracias en parte a la superproducción de Hollywood, “Raging Bull”. En esta ocasión, en 1951 estaban disputando el título de peso medio en poder de LaMotta, que lo había obtenido luego de vencer al francés Marcel Cerdan. Robinson venía de pelear 5 veces en el mes de diciembre de 1950 en Europa, previo a su debut como peso medio en Estados Unidos y lució en formidable forma.

La negativa de LaMotta a caer a la lona en los rounds finales de la pelea se ha convertido en una escena cinematográfica icónica, una representación de la dureza que se necesitaba para  competir en los niveles más altos del boxeo.

“Hola Ray, nunca caí. Nunca me decepcionaste Ray”, dice Robert De Niro ensangrentado y maltratado, interpretando a LaMotta en la película clásica, pero la pelea en sí misma fue más que una muestra de valor de Jake, también mostró el tipo de boxeo espectacular que podrías esperar de un hombre que muchos consideran el más grande de todos los tiempos, un hombre tan dulce que lo apodaron “Sugar”.

Crónica The Ring

La Revista Ring estuvo presente para presenciar la acción en esa fatídica noche en Chicago, una batalla que se libró brutalmente por el título de peso medio de LaMotta. El reporte de la pelea apareció en la edición de marzo de 1951 de la Biblia del Boxeo.

Aquí, compartimos un fragmento de lo que el editor de The Ring, Nat Fleischer, tuvo que decir sobre el combate en su columna:

“Ray estuvo a la altura de las expectativas de quienes lo habían convertido en uno de los favoritos para destronar al ‘Bronx Bull’.

“El enfrentamiento había sido aclamado como prometedor de una excelente batalla de los últimos años, y así lo demostró, a los miles que abarrotaron el Estadio de Chicago y a los millones que lo vieron por televisión”. La pelea pasa a la historia como una gran actuación de un golpeador despiadado y un boxeador científico.

“Las acometidas de bulldog de Jake fueron evidencia en diez de los trece rounds, y durante ese período, aunque LaMotta estaba atrás en los puntos, entre la prensa, le hizo un daño considerable a Ray.

“De hecho, los jueces pensaron tan bien en el trabajo de Jake que lo tenían a la cabeza en ese momento”.

Estaba claro, sin embargo, alrededor del décimo round que LaMotta se había quedado sin combustible, sus golpes se volvieron ineficaces y Ray comenzó su tan esperada marcha hacia el campeonato mundial de peso medio lineal.

Matanza

Durante tres asaltos, Robinson conectó todo tipo de golpes, sangrando a su rival, lanzando golpes de poder con facilidad y recibiendo poco a cambio. En el decimotercer round, la pelea se había convertido en una masacre, LaMotta conectó solo cinco golpes en comparación con un sorprendente total de 56 por parte de Robinson. Desde el ringside, Fleischer explicó el final de la pelea:

“En el round final, LaMotta recibió tan grave golpiza que muchos en el público gritaron al aire: ‘Deténgalo’. El referí no fue guiado por esas voces. Siguió el ejemplo del Dr. Houston, asesor médico de la Comisión de Chicago, y detuvo la matanza. Tal fue en las últimas etapas del duelo, fue una masacre de uno de los pesos medios más fuertes y potentes que ha tenido la división”.

No hubo amor perdido esa noche entre LaMotta y Robinson, como lo demostraría la historia. La pelea en sí sirvió como una encrucijada para ambos, Robinson solidificó su lugar entre los reyes del deporte con su victoria y representó el inicio de un impresionante reinado de peso medio. El nombre de Robinson se convertiría para siempre en sinónimo de grandeza, mientras que la carrera de LaMotta terminaría después de perder su título.

Jake nunca estuvo en el mismo nivel que Robinson cuando se trataba de boxeo, pero habría sido difícil encontrar un hombre más duro. “Nunca me decepcionaste, Ray”, es quizás la imagen duradera de la impronta de LaMotta en el deporte y “La Masacre del Día de San Valentín”, una oda eterna a su dureza y las habilidades sublimes del boxeo científico de Robinson.

PELEA COMPLETA CON COMENTARIOS DE SUGAR RAY LEONARD:

 

https://www.youtube.com/watch?v=aanpibp-a6U

LA CIENCIA DULCE

La Masacre de San Valentín: Sugar Ray Robinson vs Jake LaMotta

Jesús Ibarra

Twitter @morpheus_mx1

Grada Norte/BIP

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