Los marchistas hicieron el 1-2 en la final de caminata de veinte kilómetros, para sellar un momento inolvidable en el deporte mexicano

HERMOSILLO, Sonora (José Luis Sibaja/GRADA NORTE).- Este año se cumplen cuarenta años de uno de los momentos más icónicos del deporte mexicano en Juegos Olímpicos, cuando Ernesto Canto y Raúl González cruzaron la meta para conquistar el oro y plata en Los Ángeles 1984.

Es el viernes 3 de agosto de 1984, en el Memorial Coliseum, inicia la final de la caminata de 20 kilómetros de los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984 y entre los favoritos para ganar el oro están el mexicano Ernesto Canto, entonces monarca del Campeonato Mundial Helsinki 1983.

También aparecía el marchista italiano Mauritzio Damilano, poseedor del récord olímpico y medallista de oro en los Juegos Olímpicos Moscú 1980.

La competencia inició y después de darle siete vueltas a la pista del estadio, los 38 marchistas participantes abandonaron el inmueble para continuar el recorrido en las calles angelinas, entre los aficionados, principalmente mexicanos.

Hacia el kilómetro siete, Canto y el también mexicano Raúl González acechaban a los líderes, el italiano Damilano, el español José Marín y el canadiense Guillaume LeBlanc.

Cuando se cumplió la mitad de la competencia, los mexicanos Canto y González presionaban muy de cerca a sus rivales, que ya resentían el calor de casi 38 grados que se registraban en el verano de Los Ángeles.

Impone récord olímpico

Canto, con su característico movimiento cadencioso y elegante, tomó el liderato de la prueba transcurridos 17 kilómetros, seguido de cerca por González.

En la recta final de la competencia, a menos de un kilómetro de terminar el recorrido, los dos mexicanos entraron al imponente Memorial Coliseum, las sonrisas iluminaban sus rostros al escuchar la fuerte ovación de los aficionados.

Ernesto Canto fue el primero en cruzar la meta con un tiempo de 1:23.13 horas, para implantar nuevo récord olímpico y ganar la medalla de oro.

Raúl González llegó siete segundos después para asegurar el metal plateado. El italiano Damilano se quedaría con el bronce.

El Himno Mexicano se escuchó en el Memorial Coliseum y la Bandera Mexicana ondeó gracias a esta hazaña única en el deporte mexicano en Juegos Olímpicos.

Youshimatz conquista bronce en ciclismo

Simultáneamente a la competencia de marcha en el Memorial Coliseum, en el Velódromo Olímpico, ubicado en la Universidad Estatal de California, en Carson, Manuel Youshimatz le dio a México la medalla de bronce en ciclismo.

El ciclista mexicano se ubicó en el tercer escalón del podio en la final de la carrera por puntos, en la que participaron 24 ciclistas, quienes, después de cubrir la distancia de cincuenta kilómetros en 150 vueltas al velódromo, definieron las posiciones finales.

La medalla de oro fue para el belga Roger Ilegems; mientras la presea plateada le correspondió al alemán Uwe Messerschmidt; y el metal de bronce quedó en manos del mexicano Manuel Youshimatz.