El sonorense seleccionado mexicano de volibol y la regiomontana se conocieron en Monterrey, Nuevo León, durante sus estudios universitarios, y el próximo 9 de septiembre se casarán por lo civil en la capital neoleonesa y el próximo año el enlace religioso será en Sonora.

Desde que México consiguió el pase a los Juegos Olímpicos todo ha sido muy emocionante y decidí que quería verlo jugar en vivo. Verlo me emociona, me ‘pone la piel chinita’, cada vez que consigue un punto, brinco del asiento y grito a todo pulmón para que vea que lo estamos apoyando.

Es una experiencia que tenemos que platicar a nuestros hijos, ya estamos guardando boletos, fotos, notas de periódicos, todos los recuerdos que tengamos serán muy valiosos para cuando formemos una familia, le enseñaremos a nuestros hijos que su papá representó a México en Juegos Olímpicos”, dijo orgullosa.

Junto con Mireya Solís, también apoyan al sonorense sus amigos Manuel Muñoz y Eduardo Camarena Ascencio, con banderas, máscaras de luchadores, camisetas verdes, y sobre todo con muchos gritos y palabras de aliento desde las gradas.

“Sentimos una emoción muy, muy grande, porque es nuestro amigo y porque como jugadores amateur de volibol verlo ahí es que nos da mucho gusto, ahora imaginemos lo que él sentirá, es un gran orgullo”, aseguró Manuel.

Con el mismo sentimiento de emoción en el rostro, Eduardo coincidió en la trascendencia de ver a Samuel en un escenario olímpico.

“Venimos a Río a apoyar a Samuel y a toda la Selección Mexicana, estar aquí viéndolo jugar es algo muy emocionante, han entregado el alma y nos da mucho gusto que estén disfrutando este momento, porque se lo merecen”, agregó Eduardo.