Es una noche distinta a cualquier otra, quizá tan importante como la noche previa al partido por el título de la Copa del Mundo de futbol de 1950, cuando Brasil enfrentó a Uruguay también en Río de Janeiro, al día siguiente los charrúas se coronarían.

Han pasado 66 de ese partido y dos años desde que se disputó la final de la Copa del Mundo de 2014, en que también Río de Janeiro albergó el duelo final ente Argentina y Alemania, en un torneo en el que la fiesta fue incompleta porque Brasil ni siquiera llegó a semifinales.

La noche de 4 de agosto de 2016 fue la previa a la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica en la historia y Río de Janeiro se revolucionó.

El tráfico era intenso, sobre el carril destinado a los transportes del comité organizador de los Juegos Olímpicos en las principales avenidas y bulevares de la cuidad, circulaban a gran velocidad policías en motocicletas escoltando carros diplomáticos.

Desde lejos se apreciaban todas las instalaciones olímpicas iluminadas en el Parque Olímpico ubicado en Barra de Tijuca y casi simultáneamente, pero en el barrio de Leblon, el fuego olímpico continuaba su recorrido que concluirá hoy durante la ceremonia de inauguración.

En el Parque Olímpico las medidas de seguridad eran muy fuertes, chequeo, no sólo de los voluntarios sino también de elementos de policías, para ingresar a la zona de prensa e instalaciones deportivas.

Largas filas de periodistas tratando de ingresar a la zona donde se ubica el centro principal de prensa de los Juegos Olímpicos y cientos de ellos en la sala de trabajo, mientras en los alrededores del Parque Olímpico, algunos vecinos del lugar curiosos se acercaron a observar el inusual movimiento.

La actividad deportiva inicia en varios frentes a partir de hoy y en las calles aledañas al Parque Olímpicos, se cerrarán alrededor de las cuatro de la tarde, a partir de ese momento el acceso será muy restringido por medidas de seguridad previas al inicio de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos Río 2016.