La sonorense hizo vibrar la catedral de la samba con su soberbia actuación, resumida en el cuarto lugar de la competencia individual del tiro con arco femenil de los Juegos Olímpicos Río 2016.

Pero el día comenzó desde temprano, cuando en Sonora eran alrededor de las cinco de la mañana, a las 9:37 horas de Río de Janeiro la familia de Alejandra ya estaba instalada en el Sambódromo para apoyar a la sonorense, junto con la familia de Gabriela Bayardo, también seleccionada mexicana.

Ya asegurada la calificación de Alejandra a los cuartos de final, sus padres Francisco Ramón Valencia Fontes y Elizabeth Trujillo Carranza, su hermana Margarita Valencia Trujillo y su prima Vianey Valencia Díaz necesitaban conseguir los boletos para la sesión vespertina, la de las finales.

“Desde ayer (miércoles) fuimos a la taquilla apartar los boletos para las finales, como familiares de una competidora, pero nos dijeron que se debían comprar hoy (ayer) en la mañana, porque no se sabía quiénes avanzarían.

“Fuimos hoy a comprar los boletos, que se suponía que tendrían un descuento por ser familiares, pero no hubo tal. Conseguimos finalmente los boletos, primero nos dieron dos y luego los otros dos que faltaban, pero nos los vendieron al doble nos costaron 400 reales (alrededor de 2 mil 500 pesos)”, relató.

La sesión vespertina se vivió con gran entusiasmo, desde la llegada del público las sensaciones de los aficionados mexicanos, sudcoreanos y los mismos brasileños le dieron un toque de fiesta multicultural al Sambódromo.

En cada partido que disputó Alejandra, en la grada más alta del inmueble la porra cantaba el “Cielito Lindo” y el “olé, olé Ale, Ale”, mientras las banderas mexicanas ondeaban junto a los aficionados sudcoreanos, poco más tímidos.

Al finalizar el duelo por la medalla de bronce, que Alejandra Valencia perdió ante la sudcoreana Ki Bobae, sus padres Francisco Ramón Valencia y Elizabeth Trujillo no ocultaron la emoción que experimentaron al ver a su hija “peleando” las medallas olímpicas de tiro con arco de Río 2016.

“Alejandra debe tener mucho ánimo, es un gran resultado, una enorme experiencia y se aprende mucho de esta competencia, estamos con ella siempre y la vamos a apoyar, vienen cosas muy buenas en el futuro”, aseguró su padre.

Su madre, por su parte, reconoció haber vivido un día que nunca olvidará por todas las emociones que sintió en cada uno de los partidos de Alejandra.

“Me siento muy emocionada y agradecida con todas las personas de México que apoyaron a Alejandra aquí en el Sambódromo, nunca dejaron de estar con ella, nunca imaginamos que vendrían tantos mexicanos, se unieron todos y no la dejaron sola, fue algo muy bonito.

“Ahora, borrón y cuenta nueva, a pensar en lo que sigue y en los siguientes Juegos Olímpicos”, finalizó sonriente Elizabeth Trujillo.