Columna

Game over Pacman!

El “Pacman” filipino carga con parte de la culpa luego de sufrir la derrota más inesperada de su carrera, y la sorpresa del año, ante Jeff Horn, quien recibió como regalo una victoria vía absurda decisión unánime, además de un paga de sólo 500 mil dólares.

Vamos por partes en esta disección del despojo de la victoria número 60 para Pacquiao, que le está costando en este momento el derecho para reclamar una revancha a Floyd Mayweather después del 26 de agosto.

Horn tiene el crédito de haber resistido el castigo los doce rounds ante 51 mil partidarios en Brisbane, Australia. Es fuerte, resiliente y aunque suene a cliché tiene el corazón de un campeón, pero es bastante ortodoxo para pelear y no hay una sola característica física o técnica fuera de serie en él, salvo el oportunismo para pelear sucio.

Su rostro quedó grotescamente desfigurado, sólo acertó 93 goles y un 17% del total de sus puñetazos lanzados sobre Pacquiao y apenas superó en un round a su rival en aciertos (9/46 a 7/37), en el sexto round cuando las cabezas de ambos peleadores chocaron para provocar el primero de dos cortes al ahora excampeón mundial welter OMB.

Pacquiao, quien acertó 183 golpes y el 33%, estuvo a un par de impactos de lograr el nocaut técnico en el salvaje noveno round donde propinó una tunda al australiano y dejó ver restos de su antigua forma usando rápidos golpes cruzados con la derecha para rematar con su potente izquierda a placer sobre el mentón durante tres minutos de agonía para Horn, quien terminó tambaleándose, mientras sangraba por la nariz, la boca y la ceja derecha.

Fue tanto el dominio de Pacquiao en ese asalto que el referí Mark Nelson le advirtió al peleador local que podría detener el combate en el décimo round si no mostraba capacidad de respuesta ante la agresión.

Los tres jueces tenían la pelea anotada de la siguiente manera luego de 9 rounds completos: 87-84, 86-85 y 87-84, todas las tarjetas para Horn, que en ese momento batallaba por mantenerse de pie.

Este columnista la había anotado 87-83 para Pacquiao, otorgándole en este caso un round de 10 a 8 al entonces campeón defensor. Dan Rafael (ESPN) la había marcado 86-83 para Pacquiao, Kevin Iole (Yahoo Sports) la registró 86-83 también a esa altura.

De manera increíble los jueces le otorgaron los siguientes rounds a Horn, quien apenas conectó el 11% de sus golpes en esa parte y sólo 20 golpes. Pacquiao, quien lució ya sin la explosividad del noveno round el resto de la pelea, logró acertar el 30% de sus impactos y acertó 41 golpes.

Horn ganó en total 23 de los 36 rounds anotados por los tres jueces, para el final del noveno round había ganado 17 de 27 anotados, en una pelea cerrada hasta antes de ese episodio.

La actuación de los jueces (Waleska Roldan, 111-117; Chris Flores, 113-115; y Ramón Cerdán, 113-115) fue simplemente lamentable y mostraron ser proclives a no favorecer al agresor efectivo en una pelea. Roldan ya había dado señas de ser polémica al marcar empate en la pelea que terminó perdiendo Román González contra Srisaket Sor Rungvisai el 18 de marzo, en una pleito marcado por excesivo contacto en amarres y cabezazos.

Por su parte, el referí Nelson, un veterano con 644 peleas en su haber y 22 años de experiencia, tuvo una noche para el olvido, se vio lento para reaccionar, mostró pobre criterio para advertir golpes ilegales de Horn y exhibió una mala mecánica para romper de inmediato el contacto en amarres, que perjudicaron al final a Pacquiao.

Horn hizo lo que le referí le permitió y su esquina le indicó: hacerle bullying a Pacquiao y apostar por alargar la pelea, haciendo ver al rival con menor eficiencia y actividad que de costumbre.

Ese plan funcionó casi a la perfección y ahora es Horn el que tiene el derecho a pedir una pelea contra Mayweather.

Para Pacquiao el final está muy cerca, su incapacidad para liquidar a un rival herido fue algo que pesó muchísimo, pero también está el hecho de que en esta etapa de su carrera él ya es una sombra del peleador que ganó once títulos mundiales y conquistó campeonatos en ocho divisiones de peso diferente.

Resultó atípico verlo sin sentido de la distancia, sin explosividad en las piernas y fallando golpes desde ángulos laterales por amplio margen y con suma lentitud para combinar, eso sin mencionar los claros signos de agotamiento físico después del noveno round cuando sus golpes perdieron contundencia.

Si este fue el final para Pacquiao fue un adiós marcado por la decadencia y su falta de compromiso debido su labor como senador en Filipinas y promotor de boxeo, que claramente le consumen el tiempo y complican el escenario para una pronta revancha contra Horn.

Se acabó el juego del “Pacman”, ha dejado de ser parte de la élite del boxeo, ha perdido relevancia y ahora camina hacia un probable retiro en los próximos meses.

Game over.

 

Analista de boxeo para Grada Norte

* En el siglo 18 el boxeo era llamado la ‘Ciencia Dulce’, gracias a la obra Boxiana (1813-1828) del periodista británico Pierce Egan.

Twitter: @morpheus_mx1

 

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