Futbol y cine
Es muy añeja la relación que existe entre el futbol y el cine, pero la pasión es la misma, quizá solamente cambia el diseño de los balones con el paso de los años. ¡Cómo olvidar las pelotas de cuero que pateaban los cracks seleccionados mexicanos Horacio Casarín y Salvador “Chava” Reyes, convertidos en actores en la década de los cincuenta!
En épocas de festivales de cine alrededor del mundo y con la próxima entrega de los premios Oscar este domingo 26 de febrero, es un buen momento para recordar muchas inolvidables escenas intercaladas en películas de diferentes géneros.
El grito de gol en la pantalla es tan lleno de pasión como el que se escucha en cualquier estadio del mundo o en cualquier calle o rincón escondido de alguna región del planeta.
Encontrarse en las pampas del sur del continente para disputar un partido no es cosa que se dé todos los días, pero sí en 1978, cuando los soldados chilenos y argentinos ponen pausa al potencial conflicto bélico que esperan detone de un momento a otro en la película “Mi Mejor Enemigo”, de 2006.
Un balón elaborado de ropa rueda en el terreno árido de la pampa, chilenos y argentinos no ven la guerra que tienen frente a ellos, es más importante llevarse la gloria de ganar ese partido que sólo esos doce soldados saben que se desarrolla en la punta del continente.
En la lejana e inhóspita cordillera del Himalaya, Walter Mitty (Ben Stiller) y Sean O’Connell (Sean Penn) no desperdician la oportunidad de jugar con los guías sherpas en un imponente y pacífico valle rodeado de montañas nevadas en la cinta “La Vida Secreta de Walter Mitty”, de 2013.
Pero en Escocia sacudir las redes también tiene una gran importancia, aunque sea en una cancha mal iluminada de los suburbios de Edimburgo, en donde Renton, Begbie, Sick Boy, Spud y Tommie, quieren derrotar al equipo de Waberly, sin importar cuántas mañas sean necesarias en el maravilloso intro de “Trainspotting”, exhibida en 1996.
En los premios Oscar de 2010 ganó como mejor película extranjera “El secreto de sus ojos”, cinta con muchas evocaciones futbolísticas, como esa genial escena en el bar, cuando Pablo Sandoval (Guillermo Franchella) descubre las claves para dar con el asesino Isidoro Gómez (Javier Godino).
“El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión”, explica el personaje de Pablo Sandoval en una memorable escena que regala esta película. Inolvidable también el plano secuencia en la persecución en el estadio de Racing.
En la paradisiaca playa de Boca del Cielo, nombre ficticio, los charolastras Julio Zapata (Gael García) y Tenoch Iturbide (Diego Luna) juegan con un lanchero que roba la escena con su grito de “(Jorge) Campos” cada vez que ataja el balón de forma bastante descompuesta mientras cae la tarde.
Películas de futbol se producen en gran número alrededor del mundo, y es posible ver muchas producciones en la Casa de la Cultura de Sonora, en donde se han exhibido cintas como “Ilusión Nacional” y “Mundial. Gra o wszystko”, ambos documentales, el primero sobre la historia de la Selección Mexicana y el segundo sobre el equipo polaco que participó en la Copa del Mundo España 1982.
Columna publicada por @jlsibaja en Periódico Expreso el 23 de febrero de 2017.