El nacimiento de una leyenda: A 40 años de la Fernandomanía
Fernando “Toro” Valenzuela revolucionó a los Dodgers de Los Ángeles en 1981
HERMOSILLO, Sonora (Arturo Llanes/GRADA NORTE).- Tom LaSorda estaba en un problema: su estelar lanzador Jerry Reuss, al que había seleccionado para abrir la temporada de 1981, había sufrido una lesión en su codo izquierdo y el segundo en la rotación, Burt Hooton, tampoco contaba con las condiciones de subir a la loma de los disparos.
El carismático piloto de los Dodgers estaba en un aprieto y tenía que decidir rápido quien entraría al montículo de aquel jueves 9 de abril de 1981 en el Dodger Stadium, hace exactamente 40 años.
Apelando a su instinto y a una corazonada, decidió darle la pelota a un novato de escasos 20 años, con una experiencia de apenas 17 entradas en las Grandes Ligas: Fernando Valenzuela.
Sin saberlo LaSorda había dado paso a lo que se convertiría en uno de los sucesos más grandes del beisbol norteamericano y que desde ese año se conocería como la “Fernandomanía”.
Aquel muchacho nacido en un poblado de Sonora (Etchohuaquila) en México, de aspecto regordete, con una larga melena y que no hablaba ni una palabra de inglés, blanqueó a los Astros de Houston en su primera apertura en la “Gran Carpa”, despachándolos en apenas 2 horas y 17 minutos.
El novato zurdo sólo aceptó cinco imparables y ponchó a cinco de la artillería de Houston sorprendiendo no sólo a su propio mánager sino al mundo entero en el Dodger Stadium que se le entregó al sonorense con una entrada de 50 mil 511 almas.
Así empezó una racha que lo llevaría a un increíble récord de inicio de 8-0 y una efectividad de 0.50, naciendo no sólo una gran figura sino un mito que ha perdurado pese ya a cuatro décadas.
La gran racha
Desde ese día inaugural el “Toro” siguió con siete juegos ganados al hilo, de los cuales completó seis con cinco “lechadas”, demostrando que no fue una casualidad.
En su segunda salida ganó 7-1 a los Gigantes con diez ponches en toda la ruta e hilvanó su tercer triunfo con otra blanqueada de 2-0 ante los Padres a los que les recetó diez “chocolates”.
Posteriormente, para muchos que pensaron que había sido sólo suerte, el 22 de abril, Fernando les repitió la faena a los Astros con otra blanqueada de 1-0 con 11 ponches.
Fue la tercera ocasión que pintaba de blanco a sus adversarios en las primeras cuatro aperturas para el “Toro” y él mismo produjo la única anotación del juego con un imparable.
En la siguiente salida de nuevo venció a los Gigantes con otra joya sin carreras de 5-0 en el que resultó el regreso al “Dodger Stadium” ante casi 50 mil aficionados quienes ya estaban rendidos ante la “Fernandomanía”.
Su sexto triunfo fue a costa de los Expos en el “Olympic Stadium” en juego que se extendió 10 inings de los cuales el “Toro” tiró nueve para una anotación, y con cinco carreras en la parte alta de la décima, los Dodgers vencieron 6-1.
La séptima victoria fue ostentosa con once ponches sobre los Mets en el “Shea Stadium” en su quinta blanqueada en juego que terminó 1-0.
El 22 de abril la “Fernandomanía” ya era eminente en el mundo del beisbol cuando 53 mil 906 fanáticos lo fueron a ver ganar su octavo juego seguido en el Dodger Stadium, esta vez sobre los Expos de Montreal (3-2), siendo la entrada más grande en el “Chávez Ravine” desde 1976.
La seguidilla finalizó el 18 de mayo con la primera derrota de la campaña y de su carrera ya que tenía 10-0 contando sus dos triunfos en 1980.
Los Filis de Filadelfia le asestaron ese primer revés de 4-0 para “subir” su promedio de carreras limpias a un microscópico 0.90.
Se robó el show
En resumidas cuentas, Valenzuela se robó el espectáculo ese año al encumbrarse con el trofeo Cy Young y el Novato del Año en la Liga Nacional para convertirse en el primero en hacerlo en la historia de las Grandes Ligas.
También abrió el Juego de Estrellas y ganó el Bat de Plata como el mejor pitcher-bateador (.250 con siete remolques); sus números finales desde la loma fueron de 13-7 y 2.48 en efectividad siendo además terminó siendo e líder en abanicados del viejo circuito al acumular 180, además completó once juegos, ocho de ellos blanqueadas.
Esa gran temporada la culminó con una victoria en la Serie Mundial ante los Yanquis de Nueva York lanzando toda la ruta y aunque no fue una salida muy sólida, permitiendo nueve imparables y regalando siete pasaportes, levantó a los Dodgers de la lona para regresar de un adverso de 0-2 y obtener los cuatro juegos restantes y así ganar el “Clásico de Otoño”.
Esa fue la historia de la primera campaña completa para Fernando “Toro” Valenzuela, por mucho, la mejor para cualquier pelotero mexicano que haya jugado en las Grandes Ligas.
LAS 9 PRIMERAS VICTORIAS DEL ‘TORO’
- El jueves 9 de abril de 1981, en primer juego de la temporada en el Dodger Stadium, Valenzuela venció 2-0 a los Astros lanzando blanqueada de cinco imparables con cinco ponches asombrando al mundo del beisbol.
- El martes 14 de abril en el Candlestick Park de San Francisco, el “Toro” le ganó 7-1 a los Gigantes en la ruta completa permitiendo cuatro hits con una carrera y diez abanicados. Bateó de 3-0.
- El sábado 18 de abril en el Jack Murphy de San Diego el prodigio sonorense tiró su segunda blanqueada sobre los Padres 2-0 completando de nuevo el juego con otros diez ponches y por si fuera poco dio de 4-2 con el madero.
- El miércoles 22 de abril de 1981 el zurdo de nuevo victimó a los Astros en el Astrodome de Houston con once ponches en todo el camino admitiendo siete imparables en su tercera “lechada” bajando su efectividad a un microscópico 0.25. El juego terminó 1-0 remolcando la única carrera el mismo “Toro” que se fue de 3-2.
- El lunes 27 de abril el “Toro” tiró su quinto juego completo y cuarta blanqueada ponchando a siete Gigantes en su regreso desde el día inaugural al “Dodger Stadium” ante casi 50 mil aficionados, venciendo a San Francisco 5-0.
- El domingo 3 de mayo, con la “Fernandomanía” en todo su apogeo, hilvanó otra impresionante salida en el “Olympic Stadium” aunque esta vez no fue un juego completo ya que se extendió a diez entradas, pero aún, así ganó 6-1 lanzando nueve innings para una carrera, aceptando cinco hits y recetó siete “strikeouts”.
- El viernes 9 de mayo Fernando lanzó su quinta blanqueada con un tremendo dominio sobre los Mets en el “Shea Stadium” ponchando a once metropolitanos tolerando siete hits y rebajando su promedio de carreras limpias a 0.29.
- El miércoles 14 de mayo el “Toro” toleró dos carreras y tres imparables en las nueve entradas para ganar su octavo juego en línea donde pasó por los strikes a siete de los Expos de Montreal ante una asistencia récord de 53 mil 906 fanáticos en el “Dodger Stadium” de Los Ángeles, que además vieron batear de 3-2 al sonorense.
CURIOSIDADES
- En el juego inaugural del 2011 Fernando Valenzuela tiró la primera bola como hace 30 años atrás cuando surgió la “Fernandomanía”, recibiéndole Jerry Reuss en el puesto de receptor y Tom LaSorda fue testigo en la loma.
- “Supe que volteaba hacia arriba antes de cada pichada hasta que alguien me enseñó un video”, confesó Valenzuela, hoy comentarista de radio en las transmisiones en español de los juegos de los Dodgers, a Los Angeles Times.
- El 6 de julio de 1979 Valenzuela fue firmado por 120 mil dólares.
- Al año siguiente, Fernando fue llamado a las Mayores en septiembre y lanzó 17 entradas dos tercios de relevo sin permitir carrera.
- El originario de Etchohuaquila, Sonora, inició esa temporada con marca de 8-0 y 0.50 de carreras limpias gracias en parte al lanzamiento que patentó, el tirabuzón, mismos que le mostró su compañero de equipo, Bobby Castillo.
- A la mitad de ese calendario, Valenzuela fue invitado a una comida a la Casa Blanca que el presidente Ronald Reagan organizó para su homólogo mexicano José López Portillo.
- Los dos mandatarios se formaron para recibir un autógrafo del lanzador. En ese mismo año fue incluido en la lista de los “Símbolos Sexuales” por una revista de celebridades.
- Valenzuela no sólo causó furor deportivo, también fue factor de integración para las comunidades latinas del sur California y un incansable promotor de la educación en los estratos desfavorecidos.