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‘Enchina la piel’ a Margarita apoyar a Nicaragua, país que dejó hace treinta años

HERMOSILLO, Sonora (Heriberto Verduzco/BIP).- Han pasado alrededor de treinta años desde que Margarita Montano dejó Nicaragua en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Actualmente, en Hermosillo, su hogar adoptivo, siente que se le “enchina la piel” al ver a la selección de su país jugar en Sonora.

Ha vivido en diferentes países, pero tiene una misma pasión por el juego de pelota, y más cuando se trata de ver a la selección de su país natal participar en la Copa Mundial de Beisbol Sub-23 que se desarrolla en Hermosillo.

“A uno se le pone la piel chinita al ver a su país en el campo”, dijo Margarita Montano, originaria de Chinandega, Nicaragua, y con más de treinta años residencia en Sonora.

Junto a su familia, que ha formado en Sonora, y con la camiseta bien puesta, ha estado al pie del cañón en su apoyo a Nicaragua en sus duelos en la cita mundialista, ante Corea del Sur, Panamá y Venezuela.

“Llegamos a Hermosillo hace más de treinta años como ilegales y huyendo de la guerra, íbamos rumbo a Estados Unidos, fue un camino muy difícil y con muchas detenciones, pero llegamos hasta Sonora y aquí nos quedamos.

“Tenía la edad de 19 años cuando arribamos a México, desde entonces nos pusimos a hacer lo que mejor sabíamos, que es trabajar, mi papá administraba una colmena de naranja en San Pedro”, recordó con mucha nostalgia.

Hereda cariño a sus raíces

Al finalizar el duelo ante Venezuela el sábado pasado, Margarita y su familia tuvieron la oportunidad de retratarse con los jugadores de la selección de Nicaragua y la bandera de su país natal, los primeros desde el techo del dugout del equipo visitante, y los peloteros sobre el campo de juego.

“Estamos muy emocionados, esta es la segunda vez que nos toca ver a nuestro país, la otra fue contra Naranjeros en el estadio ‘Héctor Espino’ (no recordó el año), por eso ahora venimos a animarlos en compañía de la familia”, comentó Margarita.

Ese amor por su país natal lo ha transferido a cada uno de sus hijos, Alejandra, Ramón y Eduardo, quienes conocen cada vez más a Nicaragua, por ello sienten la misma emoción al ver a la selección albiazul en el campo del Estadio Sonora.

“Siempre nos ha enseñado a querer y a respetar a Nicaragua de la misma manera de la que queremos a México, nos hemos comunicado con la familia que está allá y también aprendemos sobre la comida y cómo se habla.

“Estamos muy felices de ver a la selección por ver al equipo de mi mamá y esperamos el otro año ir a Nicaragua”, externó con emoción su hija Alejandra.

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