El día que Héctor Espino dejó el ‘Héctor Espino’
El máximo bateador mexicano de todos los tiempos falleció el 7 de septiembre de 1997, y el 15 de octubre de 1998 fue develada la estatua del “Superman de Chihuahua” en la explanada del estadio “Héctor Espino”, en donde permaneció erguida por casi cinco lustros en honor del número 21 de Naranjeros de Hermosillo.
Ahí, la estatua de Héctor Espino fue la protagonista principal de muchas fotos de quizá miles de aficionados al beisbol, fue admirada por todos los seguidores de Naranjeros de Hermosillo y fue parte de los festejos de los títulos que ganó la Escuadra Naranja en 2001, 2007 y 2010.
Entre octubre de 1998 y enero de 2013, frente a la estatua de Héctor Espino desfilaron grandes figuras de la pelota mexicana, como Fernando Valenzuela, Vinicio Castilla, Erubiel Durazo, Luis Alfonso García, Humberto Cota, Ángel Moreno, Cornelio García, Maximino León y muchos más, otros tantos ligamayoristas, en los ocho juegos de Grandes Ligas celebrados en ese período.
Pero a la estatua de Héctor Espino le faltaba atestiguar una Serie del Caribe, y la oportunidad llegó hace cinco años, cuando Hermosillo albergó la cita caribeña por sexta ocasión, esta vez, del 1 al 7 de febrero de 2013.
El estadio “Héctor Espino”, que había sido sede de la Serie del Caribe de 1974, 1982, 1987, 1992 y 1997, cedería protagonismo en la edición 2013, ya que el epicentro de la pelota caribeña sería el Estadio Sonora, inaugurado el 30 de enero de ese año, por ello, la estatua del “Superman de Chihuahua” estrenaría su nuevo hogar.
Medio día de mudanza
Alrededor de las diez de la mañana del martes 29 de enero de 2013, bajo el cielo azul hermosillense, siete trabajadores se concentraron alrededor de la estructura de metal, y con sus manos protegidas por guantes gruesos, comenzaron a maniobrar maquinaria.
De acuerdo a la crónica publicada en el periódico Expreso del 30 de enero de 2013, la “mudanza” comenzó con la remoción de los bats que adornan la figura de Héctor Espino, para continuar con los trabajos en la sólida base de la estatua de concreto y varilla.
“El estruendo del sonido del taladro y sus vibraciones sacudían el piso, pero la estatua permanecía firme, la silueta de Héctor Espino con el bat al aire lucía imponente, como lo fue como jugador.
“Las luces y las chispas de los sopletes tomaban distintas direcciones al chocar con el metal fundido, pero ‘Héctor Espino’ se mantenía erguido, como cuando observaba el vuelo de uno de sus batazos.
“El sonido de los taladros y mazos callaron y llegó un silencio casi de tinte luctuosos, los curiosos y trabajadores se tomaban fotos instantes antes de que una gran grúa desprendiera la estatua de sus entrañas justo a las 17:35 horas.
“Sobre la base del tráiler fue colocada la estatua de alrededor de tonelada y media de peso y de poco más de dos metros de altura, para ser trasladada exactamente a las seis de la tarde a su nuevo hogar”, relata la nota de la publicación.
Nueva casa en el futuro inmediato
Desde que la estatua del mejor bateador mexicano de todos los tiempos fue colocada en el bulevar Colosio final, en múltiples ocasiones sufrió los estragos del vandalismo, y para evitar más daño a su estructura, y por el crecimiento de Hermosillo hacia la orilla Poniente de la ciudad, fue removida.
Actualmente la estatua de Héctor Espino se encuentra en resguardo, esto, para ser reubicada en una “plaza que se construirá en los alrededores del Estadio Sonora que se edificará para homenajear a los ídolos de la Escuadra Naranja”, anunció la directiva de Naranjeros de Hermosillo en boletín de prensa el 27 de septiembre de 2017.