Ese tipo de jugador que tiene la mayoría de los equipos, es aquel que en el barrio metía los goles impensados, realizaba las jugadas de fantasía más irreverentes con las que soñamos hacer dentro de la cancha, y que se ganaba los aplausos de todos en las cascaritas.

En los entrenamientos era lo mismo, de lunes a viernes se dedicaba a sorprender a los entrenadores con su descaro, con su picardía, con su alegría por jugar al futbol, siempre era aquel jugador que en las practicabas deseabas que tocara en tu equipo porque disfrutabas tenerlo de compañero, pero que sufrías al tenerlo de rival.

Sin embargo, lo más raro que ocurría era que por una o por otra razón, al momento de la verdad, en “los partidos de los domingos” o en los torneos oficiales, su gambeteo, su viveza y su magia desaparecía.

Por más que intentabas hacerlo participar dándole balones para que hiciera lo suyo, éste, desaparecía o simplemente no podía brillar como lo hacía en el barrio o en los entrenamientos; cuando encaraba a las defensas contrarías no se llevaba a un solo jugador, los centros o los pases a escaso un metro no los completaba ni de broma, y los goles más fáciles por hacer los erraba como si fuera Kalusha contra Cruz Azul.

Este curioso caso es muy común en el futbol, ese tipo de jugadores son conocidos como “los Cracks de las prácticas”, inexplicablemente ese tipo de jugadores tienen todo el potencial para brillar en las canchas, pero nunca logran consolidar su carrera o su futbol por algo que yo pensaría que es algo mental; sé que ustedes saben de lo que hablo; en sus equipos, ¿quiénes fueron los Cracks de las prácticas?  

* Comunicador deportivo con diez años de experiencia en los medios de comunicación y toda una vida practicando y disfrutando los deportes. Trabajó para Grupo Acir y Periódico El Imparcial.