Proveniente de Colonia, Alemania, donde reside desde hace varios años para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Saltos, viajó a Tokio, y tras cumplir con todos los requisitos de salubridad y migración, llegó a la sede olímpica con el objetivo bien claro de superar sus marcas y hacer un buen papel.

Rivera Morales tendrá su cita olímpica el próximo domingo 1 de agosto cuando salga a competir al campo del Estadio Olímpico de la capital japonesa a tratar de brincar como nunca antes lo ha hecho, en base a más experiencia, pero, sobre todo, con la motivación por las nubes.

Y con justa razón pues este año logró superar de nuevo la barrera de los 2.30 metros, estableciendo una nueva marca personal, por lo que, en teoría, estaría a sólo dos centímetros de meterse a la pelea por las preseas, tomando en cuenta que en Río 2016, donde también participó, el ganador de la medalla de bronce, Bohdan Bondarenko, registró 2.33.

Ya en la sede olímpica, listo para enfrentar su segunda experiencia dentro de la máxima competencia deportiva del planeta, Rivera Morales buscará que todo su trabajo de años se vea reflejado en esa jornada en donde de nuevo será parte del selecto grupo de saltadores que lograron acudir a la justa veraniega.

El saltador de la Ola Roja logró su segundo acceso olímpico tras mantenerse dentro de los 32 mejores de todo el orbe en los últimos meses, razón por la que la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) lo incluyó en la lista de competidores en la prueba de salto de altura.