Su sello lo imprimió en casi un minuto, pero el tiempo fue suficiente para contagiar su alegría por jugar por primera vez la Copa Oro, el certamen que reúne a los países de Centroamérica, el Caribe y Norteamerica, en el que se presentarán este domingo ante Jamaica en el estadio Qualcomm, de San Diego, Estados Unidos.

En el túnel de salida del campo a los vestidores, siete jugadores de Curazao con ropa de entrenamiento húmeda de sudor, bailaban coreográficamente y cantaban a coro al ritmo de la música de reggae. Se detuvieron un instante, apenas un instante y de nuevo retomaron el paso con la música a todo volumen.

Al mismo tiempo agitaban los brazos en el aire y cantaban contentos, alegres y su fiesta se contagió irremediablemente al cruzar por la zona de prensa, en la que ya varios reporteros (todos sonrientes) los grababan con sus celulares.

El baile siguió, y tímidamente la alegría fue compartida con algunos jugadores de Jamaica que se cruzaban a su paso y sonreían hasta sorprendidos por la espontánea muestra de alegría de los que este domingo serán sus rivales sobre la cancha, los jugadores de Curazao.

En la Copa Oro 2017, Curazao celebra su gran fiesta de futbol, y aunque nunca han estado ni siquiera cerca calificar a una Copa del Mundo, su selección nacional ya representa con gran alegría a sus apenas 150 mil habitantes que habitan la pequeña isla ubicada al norte de Venezuela.