Columna

Cruz Azul

 

¿En qué momento perdió su realeza la sangre azul que corre por las venas de todo jugador cementero?, ¿dónde se perdió la mística ganadora de uno de los equipos que más aficionados tiene el futbol mexicano?, ¿cuándo se rompió la brújula que los guiaba a finales, a títulos y a una potencial proyección internacional?

 

Queda claro que nadie tiene la respuesta. De tenerla, Cruz Azul no estaría viviendo los peores años de su historia, con decepcionantes y en muchas ocasiones increíbles derrotas, con una larga ausencia en Liguillas y, lo peor, con reales problemas de descenso.

 

Basta una pequeña y superficial radiografía en números para reflejar la crisis que atraviesa Cruz Azul en los recientes años: Solamente 23 triunfos en 79 partidos de liga entre el torneo Clausura 2015 y Clausura 2017; y 96 puntos conseguidos de un total de 237 unidades disponibles en el mismo período.

 

Hay fórmulas que se agotan, y este debe ser el caso de Cruz Azul, que el 7 de diciembre podría cumplir veinte años sin ser campeón, su último título data del Apertura ’97, a partir de ese certamen ha sido subcampeón cinco veces.

 

Todavía hasta 2013 la Máquina Celeste era un equipo protagonista y candidato al título, pero la debacle llegó a partir de la derrota ante el América en una de las finales más emocionantes en la historia del futbol mexicano, que dejó, como daño colateral, una herida de la que parece aún no se repone Cruz Azul.

 

Desde entonces han llegado diferentes directores técnicos y ninguno ha sido capaz de hacer un correcto diagnóstico que permita encontrar antídoto a la crisis cementera, también han arribado a La Noria futbolistas extranjeros bastante mediocres que no han dejado más que desilusiones.

 

Aquí no hay un culpable, no. En el expediente de Cruz Azul hay muchos culpables, desde la directiva encabezada por Guillermo Álvarez, quien desde mediados del año pasado tiene marcadas diferencias con la Cooperativa Cruz Azul; así como quienes han ocupado el escritorio de Director Deportivo, los diversos cuerpos técnicos y la gran cantidad de jugadores que se han vestido de celeste.

 

Puede ser un tema psicológico, también podría tratarse de falta de capacidad para contratar jugadores y hasta incorrecta elección de fichajes, o lo más probable, una mezcla de todo esto.

 

Chivas no hace mucho vivía una situación similar, aun con todo en contra, Jorge Vergara se mantuvo como presidente del Rebaño Sagrado, llegó a la dirección técnica el argentino Matías Almeyda y el plantel comenzó a contar con jugadores rentables.

 

Pero a pesar del ejemplo de Chivas, que tocó fondo; o de Pachuca, que se distingue por tomar decisiones inteligente; o de los mismos Tigres, que han logrado tener al equipo en los primeros planos en los últimos años, la directiva de Cruz Azul y su cuerpo técnico no recurre a la autocrítica.

 

Para que Cruz Azul supere esta crisis primero debe contar con una directiva y cuerpo técnico que se haga responsable de sus fallas y deje la arrogancia en casa. No hay nada que perjudique más un proyecto que la soberbia, y eso sobra en los directivos y técnicos de la Máquina Celeste.

 

Columna publicada por @jlsibaja en Periódico Expreso el 6 de abril de 2017.

 

 

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