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Coronavirus: Ante la adversidad, Marisol Martínez se fortalece para ayudar a sus pacientes a superar el COVID-19

 

Martínez Morales, quien es Médico General con tres diplomados en Gerontología y actualmente estudia otro en Medicina Geriátrica, con once años de experiencia profesional, normalmente trabaja en la Casa Club del Jubilado y Pensionado del Isssteson.

 

Sin embargo, por la emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus en Sonora, que ha requerido más personal médico, ante la incapacitación por contagio de algunos trabajadores de la salud y la renuncia de otros, Martínez Morales fue requerida para apoyar en el Centro Covid, ubicado en el SNTE sección 54, en la colonia Pitic de Hermosillo.

 

En este Centro Covid cumple una jornada laboral de lunes a viernes de siete de la mañana a dos de la tarde, aunque en muchas ocasiones el trabajo se extiende por varias horas más, ante una situación de emergencia sanitaria que en Sonora ya superó cien días y rebasó los siete mil 700 casos.

 

GRADA NORTE: Ante la expansión de la pandemia del coronavirus y su llegada a Sonora, ¿en algún momento pensó que llegaría a estar en la primera línea atendiendo a pacientes afectados?

 

MARISOL MARTÍNEZ: Estaba segura que se iban a presentar algunos casos en Hermosillo, y claro que sí me visualicé estando en la primera línea de batalla, porque yo estudié la carrera por el amor a la atención, a los pacientes, a las personas que están enfermas.

 

Pero sí tuve un conflicto personal, porque mi vocación me llama y tengo dos niños chiquitos, de 4 y 6 años, y vienen las preguntas de qué hago, como madre, como esposa, como médico. Afortunadamente tuve el apoyo de mi mamá, que está cuidando a mis hijos.

 

Con eso ya resuelto, no te imaginas la gran satisfacción personal que se siente estar ahí para ayudar a personas tan necesitadas que están pasando por un momento tan difícil y aparte de proporcionar la atención médica, darles un poco de cariño, de amor, no tiene precio.

 

Sí termino el día muy agotada, porque es muy cansado estar tantas horas con el equipo de protección sin podérmelo quitar, pero llego a casa con el alma llena. Sí me imaginé estar aquí, en la primera línea, se necesitó de mis servicios y a tomar el toro por los cuernos, mientras mis hijos estén bien cuidados, mamá (ella misma) se va a trabajar, a cuidar a quienes lo necesitan.

 

GN: Es una situación extraordinaria, por ello, aparte de la vocación, ¿cómo prepararse en lo físico y en lo anímico para mantenerse fuerte, aún en esta situación tan complicada que se vive a causa de la pandemia?

 

MM: En la cuestión psico-emocional, lo primero es mentalizarse a lo que se está haciendo y darse cuenta que uno se enfrenta a un virus del cual todavía no se conoce en su totalidad, aún no hay cura, que se comporta de forma diferente en cada persona, pero no le tengo miedo. Este virus, a mí, no me va a colapsar en mi persona, ni como médico, ni como nada. Mi gente de Hermosillo me necesita, y vamos para adelante.

 

Ya en casa pongo mis audios de meditación, de relajación, me entretengo viendo la televisión, hablando con mis hijos, mis amigos, trato de distraerme, aunque sea un rato, porque paso mucho tiempo descansando.

 

En el Centro (Covid) nos han apoyado mucho para estar bien, nos han dado todo el equipo de protección, aunque, ya por iniciativa propia, invertí algunos miles de pesos en comprar más equipo, goggles, mascarillas, guantes, protector de calzado especiales, transformé la manera de cómo llegar y salir de casa, ha sido un cambio de rutina.

 

GN: Son alrededor de tres semanas en las que ha estado en esta rutina y atención de pacientes con coronavirus. En este periodo, ¿ha podido ver a sus hijos? (Que están cuidados por su madre)

 

MM: Sí los he visto a través de una ventana de la sala. Les aviso a mi mamá o a mis hermanos que iré a verlos. Al llegar toco la puerta de la casa, recorren las cortinas y a través del cristal los veo. Afortunadamente mis hijos son muy inteligentes, han comprendido la situación y pues, siempre les digo que es algo temporal, que los extraño, que los amo y les explico que su mamá es doctora y que está cuidando a enfermitos que necesitan de mí y de mis cuidados para ayudarlos a aliviarse y regresar a su casa.

 

Y entonces me contestan mis niños, “ay mamá, entonces haces eso”. Ya les digo que esa es la razón por la que estoy poquito alejada de ellos, porque no quiero que nos vayamos a contagiar, y me dicen mis niños, “mamá, eres mi ‘héroa’, gracias por ayudar a esas personas que te necesitan”.

 

Me ha costado mucho trabajo todo esto, el replantear muchas cosas. La parte más difícil que me ha tocado vivir, es el estar lejos de mis hijos y de mi familia, no estar en contacto con ellos, pero sabiendo que están bien, me ayuda a enfocar toda mi energía en mi trabajo.

 

GN: En realidad, todos ustedes que trabajan en el sector salud, pueden ser considerados héroes. ¿Cómo toman ese reconocimiento, por ejemplo, de un paciente ya recuperado que abandona ya el Centro Covid? Cuando, contrariamente, se presentan situaciones en las que personal de salud han recibido malos tratos en algunos puntos del país.

 

MM: Por el lado de las personas que han sido dadas de alta y han podido regresar a sus casas, son puras palabras de agradecimiento, a veces con lágrimas, porque en el Centro Covid, además de darles atención médica, también les damos cariño, les damos amor, los “chipiloneamos” como no te imaginas. Es una atención muy integral y personalizada, y bueno, también yo soy muy platicadora y me gusta platicar con ellos, estar muy de cerca y escucharlos.

 

Esos momentos, cuando ya abandonan el Centro Covid, son muy emotivos. Recibimos palabras de ánimo, de agradecimiento. Los familiares nos dan las gracias por ayudar a que se recuperen, sus esposos, al abuelo, o al hijo; pero, por otro lado, la gente que ha agredido a personal médico, no me queda más que desearles bendiciones, que ojalá esa ignorancia y que este virus, que muchos no creen que existe, no les llegue a ellos o a su familia.

 

Cuando sabemos de esos casos de agresiones, me da mucha coraje y tristeza, porque somos muchas personas que estamos entregando el alma y arriesgando la vida por ayudar a otras que están enfermas o infectadas, y que nos agredan, eso nos baja la moral y nos hace sentir muy mal. Pienso que son personas ignorantes, que no tienen empatía. Veo que en otros países les aplauden, la gente les agradece, los tratan muy bien, pero en México se les agrede, no lo comprendo.

 

GN: Es una realidad que es una situación inédita, en la que el personal médico está siendo clave para luchar contra esta pandemia, aun en situaciones que incluso son muy desgastantes para ustedes.

 

MM: Ha sido muy difícil enfrentar esta situación, porque, por ejemplo, están colapsando los hospitales al sur de Sonora y están trasladando pacientes a Hermosillo, y es un panorama muy complicado, incluso para ellos mismos (enfermos), porque están solos, en ocasiones son de familias que no tienen los recursos para pagar un hotel (en Hermosillo) para tener cerca a sus familiares, a ellos solo se les dan informes por teléfono.

 

En nuestro caso también es desgastante. Tener el equipo de protección por más de siete horas es bastante molesto, deja toda la cara marcada. Incluso el otro día, por los goggles, se me hizo una herida en el puente de la nariz y otra en los pómulos. Es difícil respirar bien con los cubrebocas después de varias horas, a veces uno se marea. Todas las capas del equipo de protección que nos ponemos nos provoca mucho calor, sudamos y durante todas esas horas no podemos ni tomar agua, comer o ir al baño, ni nada.

 

Se ha vuelto una rutina, de en la tarde, cuando llego a mi casa, tomar un montón de suero y agua para rehidratarme, comer muy bien, descansar y salir temprano al día siguiente, con un desayuno ligero. Uno termina el día muy agotado, además de que tenemos que cumplir con todas las medidas de seguridad al momento de ponernos o quitarnos el equipo de protección, es un protocolo muy estricto y uno debe estar muy bien mentalizado en lo que se va a hacer en cada paso, porque un error y uno se puede contagiar.

 

Sí es un estrés alto, pero se compensa al ver salir adelante a los pacientes.

 

GN: Esta pandemia quizá dure aún varios meses más, ¿cuáles son sus esperanzas como personal médico y como una persona normal, que tiene su familia?

 

MM: En mi persona, esta pandemia me ha hecho ver la vida desde otra perspectiva, valorar mi vida, a mi familia, a mis amigos. Me ha hecho aprender a no perder el tiempo en cosas inútiles, me ha hecho muy fuerte, más fuerte, y me ha hecho conocer otra parte de mí, que yo no sabía que tenía, que es esa fuerza de voluntad y ese ánimo para enfrentar algo desconocido.

 

En el caso de la humanidad, ojalá que esta pandemia nos sirva para aprender a ser personas más humanas, que manejemos valores, como la resiliencia, la empatía, y finalmente, que seamos personas más conscientes, que esto nos haga evolucionar, trascender, conectarnos entre nosotros y ser mejores seres humanos, dejar de lado tonterías como el odio.

 

 

100 días de coronavirus en Sonora. Serie ‘Héroes en primera línea’.

 

ENTREGA 1: Coronavirus: ‘Informarse es la mejor arma para combatir el virus y la ignorancia’, Alberto Monteverde

 

ENTREGA 2: Coronavirus: En un campo de batalla, Yahel Morales diario enfrenta al miedo dispuesta a ayudar a sus pacientes

 

ARTÍCULO: Coronavirus: En semáforo rojo y alerta máxima, Sonora cumple 100 días de casos de COVID-19

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