Conflictos armados no detiene el futbol en la eliminatoria africana rumbo a Catar 2022
HERMOSILLO, Sonora (José Francisco Arredondo/BIP).- Etiopía y Sudán están eliminados de la Copa del Mundo Catar 2022. No obstante, ambos países deben terminar su participación en las eliminatorias mundialistas, mientras sus habitantes sufren conflictos armados internos.
Etiopía y Sudán son dos naciones distintas, pero con varias similitudes dentro y fuera de la cancha. En el ámbito geográfico, comparten una frontera de 723 kilómetros en la región conocida como el “Cuerno de África”.
En el futbol, ninguno ha clasificado a un Mundial. Sudán se ubica en la posición 123 del Ranking de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), es decir, lejos de la élite. Etiopía lo acompaña en el lugar 137.
Así mismo, Sudán tuvo como rival a Etiopía en su primer partido amistoso internacional. El cuadro etíope ganó 2-1 el 16 de noviembre de 1956 en la ciudad capital de Adís Abeba.
La actualidad de Etiopía en las Eliminatorias de África rumbo a Catar 2022 no es alentadora. Tras cinco partidos disputados, está en el tercer escalón del Grupo “G” con cuatro puntos y sin posibilidades de acceder a la tercera y última ronda.
Juegan en territorio neutral
Su último compromiso como local tuvo que disputarse este jueves 11 de noviembre en Johannesburgo, Sudáfrica, a más de 4 mil kilómetros de su capital, donde empató 1-1 contra Ghana.
Mientras Getaneh Kebede clavaba el empate al minuto 72’, en la región de Tigray, al norte de Etiopía y frontera con Eritrea, se viven momentos de tensión entre el Ejército Nacional y tropas del Frente de Liberación Popular (FLPT).
Este conflicto ya alcanzó las regiones vecinas de Amhara y Afar, donde viven aproximadamente veinte millones de personas. Autoridades internacionales temen que, de continuar la expansión del desacuerdo, desencadenaría una guerra civil.
El trasfondo del problema se remonta a 2018, cuando el primer ministro Abiy Ahmed Ali, asumió el cargo y acabó con el dominio político del Frente de Liberación Popular, entre otras cosas, con la creación del Partido de la Prosperidad.
Entre combates y pandemia
En 2019, Abiy Ahmed Ali ganó el Premio Nobel de la Paz 2019 por conducir negociaciones pacíficas que acabaron con el conflicto derivado de la guerra entre Etiopía y Eritrea. Sin embargo, el FLPT no quedó conforme con la resolución del caso al asegurar que no fueron escuchados.
El FLPT, con gran influencia en la región de Tigray, retó a Abiy Ahmed Ali a continuar con elecciones regionales en septiembre de 2020, a pesar que el primer ministro las pospuso debido a la pandemia de Covid-19.
Ahmed Ali calificó los comicios como ilegales y el 4 de noviembre de 2020 envió una ofensiva armada contra el FLPT al acusarlos de un intento de ataque y robo de armas hacia una base militar en la ciudad de Mekelle, en la zona de Tigray.
El futbol debe continuar y por ello, la FIFA determinó que el duelo entre Etiopía y Ghana se realizara en una sede neutral como lo fue Sudáfrica.
Futbol, distracción en tiempos de conflicto
A la selección etíope solo le queda un encuentro pendiente como visitante ante Zimbabue en la ciudad de Harare el domingo 14 de noviembre. Una última oportunidad para alegrar a sus aficionados, aunque sea un par de horas.
Caso similar es el de Sudán, una selección que debió recorrer poco más de cuatro mil 500 kilómetros para llegar a Rabat, Marruecos, la ciudad designada donde sostendrá su último juego como local administrativo este viernes ante el conjunto marroquí.
De forma simultánea al partido, el general Abdel Fattah Al Burhan intentará hacer funcionar el nuevo Consejo Soberano, es decir un gobierno conformado por mandos militares y civiles, de quince integrantes que él mismo preside.
Fattah Al Burhan cobró relevancia a nivel mundial al ser el autor del golpe de estado ocurrido el lunes 25 octubre de 2021, en el que se disolvió el mandato del entonces primer ministro Abdalla Hamdok, quien fue arrestado aquel día.
Esperanzas deportivas y sociales
Este es el segundo golpe de estado que sucede en Sudán en los últimos años. En agosto de 2019 fue derrocado Omar Al Bashir y desde ese instante, un primer Consejo Soberano asumió el poder del país.
Los trasfondos de estos movimientos políticos se traducen en una aguda crisis económica, alta inflación, escasez de comida, combustible y medicamentos.
Los sudaneses que aún residen en el país ven con optimismo hacia el 2023, año de las próximas elecciones y en el que esperan una transición democrática y, ante todo, pacífica.
Mientras eso ocurre, el cuadro del entrenador francés Hubert Velud no pudo regalarle un triunfo a la nación que representan; este viernes Sudán perdió 0-3 ante Marruecos, resultado que deja al combinado sudanés en el sótano del Grupo “I”, con dos puntos; los marroquís lideran con quince.
Su último cotejo será el lunes 15 de noviembre ante Guinea-Bisáu, en calidad de visitante y en una ciudad neutral como Marrakech, Marruecos.
El sueño para Etiopía y Sudán rumbo a Catar 2022 acabó. Quizá sus esperanzas revivan para la Copa del Mundo México, Estados Unidos y Canadá 2026, la primera edición que se jugará con la ampliación a 48 selecciones, en lugar de las 32 habituales.
Y por qué no, también soñar con encontrar, rumbo al 2026, aquella estabilidad social, política y económica que ahora carecen y que la gran mayoría ignora en el resto del mundo.