Iván Francisco (categoría 65 kilos, División Juvenil) y Héctor (categoría 61 kilos, División Juvenil), de 19 y 17 años respectivamente, hablaron sobre lo que significa ser una familia exitosa que espera replicar en la Olimpiada Nacional.

Para Iván, más allá de competir juntos en la cita nacional, considera el peso (corporal) uno de los mayores obstáculos para él y su hermano.

“Sin duda, por encima de cualquier cosa, lo más difícil es dar el peso, porque ya dando el peso, la competencia no es tan exigente, pero para eso entrenamos mucho los dos, para poder pasar los regionales”, aseguró el mayor de los hermanos.

Con respecto a la familia, ellos aseguran que ya están bastante acostumbrados al ritmo de vida que exige practicar esta disciplina, pues con casi doce años de estar enrolados en la lucha, “no hay mucho que comentar por su parte”, destacó Héctor.

Por otro lado, Iván menciona que tanto su familia como ellos ven entrenar y competir como algo natural y no les causa problemas.

“Es como ir a la escuela, hacer tarea, ya algo muy normal. La rutina consiste en ir a la escuela, ir a comer y después irnos a entrenar, se ha vuelto algo normal”, enfatizó.

Ya con sus puestos en Olimpiada Nacional asegurados, los hermanos tienen su atención puesta en ello y quieren regresar a Sonora con la presea dorada en el cuello, en la competencia que se celebrará entre mayo y junio.

“Tenemos la mira puesta en el nacional, que seguramente será en Chetumal y vamos por el oro, queremos el oro para nosotros dos”, finalizaron.