Columna

Cine y deporte: ¿Realidad o ficción?

La llamada “Reina del Cine Fantástico” en México, y hoy de 77 años, en 1962 saltó a la fama por su aparición como Zorina, una vampiresa del film “Santo contras Las Mujeres Vampiro”, que actualmente es una película de culto mundial.

Más allá de todo lo que conoció ahí, dos cosas la dejaron sorprendida: primero al ver a la entrada de un cine una estatua del “Enmascarado de Plata” pero su asombró creció al enterarse que en ese país El Santo era un superhéroe, como Batman, Superman o El Hombre Araña, un ser ficticio, cuando en realidad se trataba de un luchador de carne y hueso. Y vaya que sus razones tenían ya que entre 1958 y 1982, el legendario luchador hizo 54 películas.

Cuando Kirk Gibson corría las bases después de aquel memorable jonrón en la Serie Mundial de 1988, tanto el coach de la antesala, Joe Amalfitano, como el manager de los Dodgers, Tom LaSorda, gritaban ¡Roy Hobbs! ¡Roy Hobbs! en alusión al personaje que encarnó Robert Redford en “El Mejor” (The Natural).

Hace un par de semanas en el Super Tazón XLIX, faltando pulgadas para que los Halcones Marinos de Seattle anotaran el touchdown que los hubiera convertido en bicampeones de la NFL, el entrenador Pete Carroll ordenó una jugada que ni en un guión cinematográfico hubiera sido imaginado, provocando un final inesperado.

¿Y los 37 puntos en un periodo en la NBA de Klay Thompson (Golden State) o aquella increíble victoria del América sobre Cruz Azul para alzarse con el cetro del futbol mexicano en el Clausura 2013?

¿Cuántas veces no hemos comentado al término de un encuentro deportivo: “fue un final de película”? Esa delgada línea que existe entre realidad y ficción en el deporte, siempre ha causado interés en el llamado séptimo arte.

Esa fascinación ha creado miles de películas sobre el tema, unas han trascendido en la historia como la saga de Rocky, la inolvidable “Golpes del Destino” (Million Dollar Baby), “Toro Salvaje” (Raging Bull”) y “Carrozas de Fuego” (Carriots Of Fire) –las cuatro ganadoras del Oscar- y la “trilogía” beisbolera de Kevin Costner con “El Toro Durham”, “Campo de Sueños” y “Por Amor al Juego”(Bull Durham, Field of Dreams y The Perfect Game).

Hemos sentimos motivación, drama, emoción, tristeza y hasta terror  -hay que recordar “El Fanático” (The Fan) con Robert De Niro y Wesley Snipes- a través de la pantalla grande gracias a la dupla de cine y deporte, es por eso que mientras suene un bat, se patee un balón, caiga una canasta, llegue el ovoide hasta las diagonales, alguien corra o salte con el alma por delante, tire golpes o los esquive, seguiremos disfrutando lo real y lo ficticio ¿Hay alguna diferencia?

 

Periodista con 15 años
En el ámbito deportivo {fcomment}

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