El 24 de marzo pasado, en el segundo encuentro de playoffs frente a Las Vegas Legends en el CUM, tras un fuerte choque con el portero rival, Daniel sacó la peor parte, su pierna derecha había sufrido una fractura que puso en peligro su carrera futbolística.

Actualmente Daniel ha vuelto a los entrenamientos y está cada vez más cerca de volver a las canchas muy pronto con Soles de Sonora, con el inicio de la temporada 2016-2017 de la Major Arena Soccer League (MASL, por sus siglas en inglés).

“Es como si estuviera aprendiendo a caminar de nuevo, a patear el balón otra vez, poco a poco estoy regresando a lo que me gusta hacer. Fue un golpe muy fuerte en todos los sentidos, conforme fueron pasando los meses fui asimilando, lo que estaba viviendo, lo que estaba pasando.

“Siento que me tranquilicé en cuanto empecé a pensar cómo podía regresar lo más pronto posible a jugar, lo que tenía que hacer. Viví esto de mil maneras, a los diez días que me operaron bajé catorce kilos, tuve que ir superando muchas cosas, fuera de lo futbolístico, que también afectó mi vida normal”, relató.

Tras la operación a la que fue sometido luego del impacto que le provocó la fractura, Daniel comenzó pronto el proceso de rehabilitación, y hace apenas un mes se integró a los entrenamientos de Soles, los primeros quince días con trabajo por separado, para agarrar ritmo y fuerza.

Las dos semanas siguientes, explicó, ya ha podido entrenar a la par con el resto del plantel e incluso ya participa en los partidos interescuadras.

Regresan las sensaciones con el balón

Volver a tocar el balón por primera vez después de varios meses, reconoció, le dio un gran alivio por saber que volvería a tener la oportunidad de hacer lo que más le gusta, jugar futbol.

“Fue una emoción muy grande, no me la creía, porque fueron muchos meses de terapia y gracias a eso pude tocar un balón muy pronto. Había doctores que me decían que a lo mejor no volvería jugar, que me preocupara por caminar, por quedar bien, pero yo lo que quería era volver a jugar.

“Yo ‘tiraba a loco’ a los que me decían que no volvería a jugar. Voy a dejar de jugar cuando Dios quiera, no cuando los demás me digan, me daba coraje cada vez que me decían que no jugaría más”, aseguró con firmeza.

El apoyo de su familia, dijo, fue fundamental en su recuperación, aun cuando la mayoría se encuentra en Mexicali y en Hermosillo tiene a su lado a su hijo y está acompañado por su novia.

“Mi mamá vino varias veces, siempre fue constante el apoyo de mi familia, las llamadas me ayudaron bastante. Había mucha gente que me decía que hasta el otro año tal vez jugaría, pero ahora ya todo depende de mí, si Dios quiere, la segunda o tercera fecha de la temporada espero regresar. 

“Fuera de lo futbolístico, aprendí mucho de esta experiencia, a valorar todo, a la familia, los momentos, los amigos, pero también se valora cuando no entrené bien, o no hice bien las cosas, he aprendido mucho y me siento muy fortalecido mentalmente en todos los sentidos”, aceptó.