¡Aunque usted no lo crea! Un sobrino del actor Kurt Russell jugó con Naranjeros
Pues en eso andaba esta semana, viendo que tema seleccionar y por ello entré a Netflix, en donde me encuentro con una vasta variedad de títulos de estreno en todos los géneros, pero, obviamente, primero le pego una repasada a lo de mi predilección: terror, horror, ciencia ficción y acción. En verdad, al existir tanto material, cada vez es más difícil la tarea de escoger algo.
Y menos cuando la visita de San Nicolás está a la vuelta de la esquina, porque hay varias recomendaciones sobre la época, por lo tanto una de las opciones que aparece rápidamente es “Las Crónicas de Navidad 2”. Bueno, como no soy “Grinch”, aprovechando las fechas, y además de que ya vi la primera, le daré una chanza a la segunda entrega.
Pero antes de darle “play” caí en cuenta de mi laguna mental pues no recordaba que el protagonista era el veterano actor, y uno de los más populares de Hollywood, Kurt Russell, quien encarna a Santoclós, presentándonos un papel muy diferente a los cuales acostumbramos verle, la mayoría ligados a personajes de acción, aventura y ciencia ficción. En pocas ocasiones ha hecho dramas y mucho menos comedias.
Russell, ya de 69 años de edad, -nació el 17 de marzo de 1951- tiene una larga carrera actoral la cual inició muy joven catapultado mayormente por la sangre famosa que le corre por las venas pues el actor Neil Oliver “Bing” Russell y la bailarina Loise Julia Crone son sus padres.
Entre los filmes en donde aparece el histrión estadounidense, curiosamente nacido en Springfield (sí como la ciudad de Los Simpson), Massachusetts, destacan algunas taquilleras e incluso de culto como “Escape de Nueva York” (1981), quizá la más reconocida que ha estelarizado -siendo el actor principal- y en donde trata de sobrevivir en una Gran Manzana deshecha por la sociedad dentro de un entorno apocalíptico-futurista.
Otra muy idolatrada entre los cinéfilos es el thriller de horror y ciencia ficción “La Cosa” (1982), del maestro del género John Carpenter –con quien realizó varios trabajos- y para mí en lo personal, uno de sus mejores desempeños en la pantalla grande.
Cómo olvidarlo al lado de Sylvester Stallone en “Tango y Cash” (1989), haciendo una ruda pareja de policías antinarcóticos -una temática tan exprimida en el gremio- e incluso no pasa desapercibida su participación en “Rescate en el Barrio Chino” (1986), “Tombstone” (1993) y en “Guardianes de la Galaxia II” (2017), por citar algunas.
Para darnos una idea de su esplendor, Russell es uno de los actores de referencia del renombrado director Quentin Tarantino quien lo ha llamado –reconociendo sus roles en las producciones de Carpenter- para tres de sus obras: “A Prueba de Muerte” (2007), “Los Fabulosos Ocho” (2015) y “Érase Una Vez en Hollywood” (2019).
Desde pequeño y azuzado por sus padres, debutó en la tablas a los 11 años de edad en proyecciones de Disney; tiempo después salió en episodios sueltos de series clásicas de los sesentas como “El Fugitivo” (en un capítulo de 1964) “La Isla de Gilligan” (1965), “Perdidos en el Espacio” (1966) y “El Gran Chaparral” (1967). No era para menos pues “Bing” Russell tenía trabajo en los sets -tanto de televisión como de largometrajes- apareciendo en Bonanza y los Siete Magníficos, ambos considerados westerns históricos.
Algo de lo cual Kurt Russell va a estar arrepentidísimo hasta el último de sus días, es el no haber aprovechado el personificar a Han Solo en la primera cinta de “La Guerra de las Galaxias” (1977) ya que hizo una audición para calzarse los zapatos del aventurero galáctico, tras una invitación del creador de la legendaria saga interplanetaria, George Lucas, quien a final de cuentas se decantó por Harrison Ford.
Increíblemente Russell no esperó el llamado para interpretar al contrabandista y prefirió tomar la chamba que le ofrecían los directivos de la cadena ABC para iniciar un proyecto, yéndosele así, y de las manos, una oportunidad de oro alegando que Lucas tardó en confirmarle el contrato. Definitivamente una pifia imperdonable.
Pero más allá de toda esa trayectoria en el mundo del espectáculo, hay un pasado que muy pocos conocen de Kurt Russell ¡Fue beisbolista! Sí y de hecho jugó a nivel Doble A, curiosamente también siguiendo los pasos de su padre, quien además de ser actor, desde su juventud simpatizó por el rey de los deportes. Incluso alineó en las Ligas Menores en 1948 y 1949 para los Hornets de Carrollton.
La fascinación por la pelota llevó al patriarca de los Russell a incursionar como dueño y directivo del único equipo profesional de beisbol que ha tenido Portland, el cual bautizó con el nombre de Mavericks, y quienes hicieron historia por su paso en la Liga Noroeste (Clase A) al ser la única franquicia independiente -o sea sin una organización ligamayorista como respaldo- en la década de los setentas (entre 1973 y 1977).
A los 20 años de edad Kurt empezó a combinar el camino escénico y su trayectoria en el beisbol, algo que ocurrió en 1971 al enrolarse en la misma Liga del Noroeste jugando esa primera campaña con los Bend Rainbows de Oregon (perteneciente a los Angelinos de California) y al año siguiente inició con los Islanders de Walla Walla (Washington) y terminó en la plantilla de los Suns de El Paso (Doble A).
Algunos de sus compañeros de equipo con El Paso irrumpieron en las Mayores y uno de ellos curiosamente fue el lanzador sonorense Isidro “Sid” Monge (de Agua Prieta), junto al también pitcher Frank Tanana y el infielder Bruce Bochte. Asimismo coincidió con Tom Trebelhorn, quien nunca debutó en la Gran Carpa, pero posteriormente tuvo una carrera de siete años como mánager dirigiendo a Cerveceros de Milwaukee (1986-1991) y Cachorros de Chicago (1994).
En esas dos temporadas, en donde defendió la segunda base –bateando de ambos lados del plato- cumplió relativamente bien con el cometido pues en la primera sonó .285 y en la segunda .325, aunque en sólo 59 y 21 encuentros, respectivamente, combinándose para un jonrón (lo pegó en 1971) y 28 remolcadas (14 por campaña).
Entonces en 1973 llegó a la “novena familiar”, los Mavericks de Portland, con quienes promedió .229 sin cuadrangulares y nueve impulsadas en 25 desafíos, tras esa actuación y para su desdicha, sufrió una fuerte lesión en una jugada (en el manguito rotador) que a final de cuentas cortaría su carrera en el beisbol. En 1977, con la misma franquicia de su padre, trató de retornar pero fracasó en el intento porque apenas tomó un turno en un sólo encuentro.
Dada esa situación decidió dedicarse en cuerpo y alma a las artes histriónicas, y vaya que le atinó: el tiempo le dio la razón al convertirse en un cotizado actor. Años después, cuando escalaba la cúspide de su carrera, en 1983, contrajo matrimonio con la también afamada actriz y ganadora del Óscar (de reparto en 1969 por el film “Flor de Cactus”), Goldie Hawn, con quien sigue casado hasta la fecha.
Pero regresemos al tiempo en que existían los Mavericks, formados por una pandilla de jugadores sin experiencia profesional, es más, algunos de ellos ni siquiera habían practicado beisbol en su vida, pero en base a eso y a un gran tesón y coraje, supieron cautivar al pueblo estadounidense para volverse parte del folclor beisbolero de las Ligas Menores.
Aquí viene lo sorprendente: el batboy del equipo era uno de los nietos de don “Bing” Russell, de nombre Matt Franco (nació el 19 de agosto de 1969 en Santa Mónica, California), al ser el heredero de su hija, Jill Russell, y del experimentado cinematógrafo Larry Franco, quien tiene una larga lista de participaciones como productor en éxitos como Jurassic Park 3, Batman Returns, Jumanji, Hulk y 2012.
El muchacho desde chico creció en ese ambiente, y a los 17 años, en 1987, lo draftearon los Cachorros de Chicago quienes lo enviaron a las Ligas Menores en donde parecía que no daría el salto ya que tras una larga espera de nueve años recibió el llamado al “Big Show”.
A los 26 años debutó el 6 de septiembre de 1995 con los Cachorros de Chicago, y después de sólo pasar una campaña con los oseznos, de 1996 al 2000, formó parte de los Mets de Nueva York. El 2001 no jugó, para reaparecer el 2002 en el róster de los Bravos de Atlanta, y a la campaña siguiente (2003), también como parte de la “tribu”, decidió despedirse de la MLB.
Matthew Neil Franco –quien bateaba a la zurda y tiraba a la derecha- tuvo la suerte de estar con los Metropolitanos en una buena época pues inclusive tomó un turno (se fue de 1-0) en la “Serie Mundial del Metro” del 2000 en contra de los Yanquis de Nueva York, y además participó en varios juegos de playoff.
De por vida en las Ligas Mayores acumuló un porcentaje con el madero de .267, disparó 22 vuelacercas y trajo 117 carreras al plato jugando mayormente como utility (primera, tercera y jardinero) y bateador emergente –sumó 428 apariciones y de hecho tiene el récord de 20 bases por bolas recibidas en una campaña- siendo su mejor actuación en el 2002 cuando alineó con la “tribu” (.317, 6 y 30).
Sin embargo la carrera en el beisbol no terminó ahí para Franco quien fue contratado para jugar en la Liga Japonesa en donde vivió sus mejores campañas en los diamantes siendo estelar de la escuadra de los Marines de Chiba Lotte por tres temporadas: 2004, 2005 y 2006.
Franco sacó a relucir poder en la pelota asiática pues conectó 44 palos de vuelta; en el 2005 logró estadísticas de .278 de porcentaje, 16 jonrones y 65 empujadas; en el 2006 cumplió su más alto desempeño tras contabilizar .300 con 21 y 78, y en el 2007 bateó .263 anexando 7 cuadrangulares y 20 producciones.
Aquí viene la pregunta profunda para los hermosillenses… ¿recuerdan a Matt Franco? Quizá algunos lo hayan oído mencionar pero en estos momentos no lo ubican, aunque estoy seguro que a otros ya les cayó el veinte ¡Así es! Jugó para los Naranjeros de Hermosillo en dos temporadas, una tras otra, primero en 1993-94 y regresó en la de 1994-95, apenas un poquito antes de llegar al mejor beisbol del mundo.
Por lo tanto, y como dijera Robert L. Ripley, ¡Aunque Usted no lo Crea! un familiar director de Kurt Russell, ese reconocido y sonado actor del cine hollywoodense, todavía activo, fue parte de los multicampeones de la Liga Mexicana del Pacífico.
¡Ah!… Obviamente tiene el mismo parentesco con Goldie Hawn, y al ser su sobrino político, lo convierte en primo hermano de los también actores Kate Hudson, Oliver Hudson y Wyatt Russell (el único hijo engendrado por los actores y bautizado así por Wyatt Earp).
Franco, vistiendo la franela de los Naranjeros de Hermosillo, en esas dos campañas registró un destacable promedio de bateo de .310 milésimas incluyendo 3 jonrones y 29 carreras impulsadas en 43 juegos. Excelentes números para un pelotero extranjero.
El sobrino de Kurt Russell dejó un excelente sabor de boca en Hermosillo pues debemos resaltar que en esas dos temporadas fue pieza clave para la obtención de un bicampeonato de los Naranjeros quienes conquistaron los títulos consecutivos en el circuito invernal mexicano.
En la primera de temporada Matt Franco marcó .317 de porcentaje de bateo, además agregó 3 cañonazos de largo alcance y fletó 17 anotaciones a la goma (en 18 encuentros), y en la segunda marcó promedio de .305, sin vuelacercas, y 12 producciones (tras 25 desafíos).
Portando la franela de los Naranjeros de Hermosillo acudió a las Series del Caribe de 1994 y 1995 en donde lució enormidades debido a que acumuló promedio de .341 (15 hits en 44 turnos legales al bat) en las dos actuaciones (.348 y .333) con un jonrón y seis producidas. Cabe señalar que jugó cada uno de los 12 desafíos de ambos Cásicos Caribeños.
Arturo Llanes Reyes tiene 21 años en la crónica deportiva. Especializado en prensa escrita con experiencia en radio y televisión.
Twitter: @arturollanes