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Así viví mis Juegos Olímpicos: Patricia Domínguez

 

El imaginarte estar en el evento más grande, me dio más responsabilidad, más ganas de entrenar, para poder ser una digna representante de mi país y del deporte.

 

Semanas antes de los Juegos Olímpicos falleció mi papá, quien fue el que me inculcó en el deporte junto con mi mamá, fue el golpe más feo que he recibido hasta el momento. Una de las personas que más quería que un día me viera en unos Juegos Olímpicos era mi padre, y no lo podría hacer.

 

Fueron sentimientos encontrados, por un lado, el dolor más grande y por otro el sueño tan esperado. Llegando a Río no disfrutaba tanto de los Juegos Olímpicos, ya que por más feliz que estuviese por estar allí, traía un dolor muy grande.

 

Hasta que pensé, mi papá lo que más hubiera querido es que disfrutara al máximo ya que él lo estará disfrutando igual que yo, y empecé a vivir ese sueño, a disfrutar las instalaciones, el ambiente y sobre todo la compañía de los atletas.

 

Era una fiesta deportiva donde se encontraban los mejores atletas del mundo haciendo lo que mejor sabíamos hacer, pero siempre con la gran responsabilidad de mi objetivo.

 

Era impresionante ver a todos los países unidos, a tantos atletas de todo el mundo y todos con la misma pasión, con el mismo objetivo y con el mismo amor hacia el deporte.

 

Los días se pasan volando, así estuviese bajando de peso, que es cuando más lento se van los días (jeje), ahí se iban rapidísimo ya que era tan enérgico el ambiente que solo querías más días como esos.

 

En lo que en la tarima se refiere, estar compitiendo con las mejores del mundo es un orgullo increíble después de tantos años de entrenamiento y dedicación.

 

Uno de mis sueños más grandes de pequeña, cuando tenía 15 años y me encontraba entrenando con Soraya Jiménez en Bulgaria en 2003, justo después de mi primera Olimpiada Nacional, era algún día romper su récord hecho en (los JJOO) Sídney 2000. Ya que Soraya era una inspiración e ídolo para mí y muchos atletas más.

 

¡16 años después lo logré! Estaba feliz en Río, ya que había logrado una de mis metas y sueños personales más importantes.

 

Lloré, me hinqué y agradecí a Dios y a mi Padre por ayudarme a lograrlo.

 

Hoy, a 5 años de los Juegos Olímpicos de Río 2016, sigo sintiendo esa satisfacción, esa emoción y ese agradecimiento con dicho evento que tanto me enseñó.

 

Estoy orgullosa de haber representado a mi país en un evento de dicha magnitud, de hoy poderle contar esa experiencia a mi hija, y sobre todo enseñarle con hechos que todo sueño por más grande e inalcanzable que se vea, con trabajo, disciplina y amor todo se puede lograr.

 

Instagram: pathydominguez

 

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