Así viví mis Juegos Olímpicos: Juan Pedro Toledo
Ahí fue cuando nació mi interés en participar en unos Juegos Olímpicos, además, de que como juvenil tenía muy buenas marcas y récord mexicano en 200 metros. Todo eso, poco a poco, me ayudó a ser seleccionado mexicano y participar en mis primeros Juegos Centroamericanos en Maracaibo en 1998 e iniciar con medallas mi primer ciclo olímpico.
Luego fui a la Copa del Mundo en Sudáfrica, en que competí por el equipo de América en el relevo 4 por 400 metros, y ya, en 1999, participé en mis primeros Juegos Panamericanos de Winnipeg, en donde quedé en quinto lugar en 200 metros.
Entonces yo ya estaba muy enfocado en dar la marca para calificar a los Juegos Olímpicos en los 400 metros y lo conseguí el primero de julio del 2000, en el estadio Olímpico de México ’68. Logro correr 45.24 segundos que me daban la calificación.
Trabajaba muy fuerte en mi preparación, pensaba mucho en mi familia, siempre lo he hecho. Mi papá, mi mamá, mis hermanos, y luego mis hijas, cuando nacieron, siempre han sido mi principal motivación para poder alcanzar todos los objetivos que me he puesto.
Los Juegos Olímpicos de Sydney son muy significativos para mí, por ser los primeros en los que competí, y aunque el resultado no fue tan bueno como lo esperaba, quizá porque era novato y pagué esa falta de experiencia, sí tengo recuerdos muy bonitos desde que salimos de Ciudad de México a Los Ángeles, para luego tomar otro vuelo a Australia con toda la emoción durante el viaje.
Meses antes, entre febrero y marzo de 2000, hicimos una gira de preparación en Australia, corrimos en Melbourne, Brisbane, Adelaide y en Sydney, eso nos ayudó mucho para conocer el lugar donde serían los Juegos Olímpicos.
Recuerdo que me impresionó mucho ver el Estadio Olímpico completamente lleno, se veía muy bonito, pero sobre todo, eran momentos en que me puse a pensar en todo lo que había costado estar ahí, las situaciones que tuve que enfrentar, los sacrificios, tantas horas de entrenamiento por tantos años. Fue algo muy emotivo y que recordaré siempre con mucho cariño.
Ya cuando estaba sobre la pista, mi mente estaba en blanco, completamente concentrado en la carrera, previo al disparo de salida ya estaba muy metido en la competencia, pero al cruzar la meta, sentí esa emoción de ese momento.
El ciclo olímpico para Atenas 2004 fue diferente y ya tenía mucha más experiencia y madurez, y también fue importante que ya estaría más enfocado en los 200 metros. Así competí en los Juegos Centroamericanos de San Salvador en 2002, con un primer lugar en 200 y un tercer sitio en los 400 metros; y un año después, en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, que lamentablemente por una lesión no corrí al 100%.
Finalmente pude calificar a Atenas el 20 de junio en Xalapa, Veracruz, al dar la marca de 20.50 segundos que me dieron mi boleto a mis segundos Juegos Olímpicos y estar en Atenas, en donde ya había ido en 1997, en mi primer Campeonato Mundial de Atletismo.
Estos Juegos Olímpicos en Atenas eran muy especiales, por todo lo que rodea ser la cuna del olimpismo. En la competencia tuve un mejor resultado con récord mexicano y estuve a once centésimas de llegar a una final olímpica.
Al final me sentí muy contento, satisfecho por dar lo mejor de mí y conseguir mi mejor marca en Juegos Olímpicos, es mi mejor recuerdo que tengo como deportista.
Atenas es muy especial para mí, por eso mi hija mayor se llama Michelle Olimpia, por Grecia, por el significado que tiene para mí los Juegos Olímpicos.