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Aficionados también viven su final

 

La temporada de debut del conjunto sonorense fue de ensueño y la afición respondió a tal con esas largas filas en el Centro de Usos Múltiples casi dos horas antes del silbatazo inicial del partido; desde ese momento, el ambiente se hizo sentir en el aire. 

 

La pelota comenzó a rodar sobre el terreno de juego y ante los abucheos de la fanaticada en cada ataque de Baltimore, Soles respondió con par de anotaciones en el primer cuarto que hizo casi imposible que la piel no se erizara al escuchar festejar cada gol.

 

Oportunidades iban y venían, pero a los espectadores no les importaba levantarse y sentarse cuantas veces fuera necesario de sus asientos para apoyar al equipo local. Las manos se agitaban por los aires mientras que las miles de voces coreaban el ya famoso “vamos Soles”.

 

En una noche donde todos son porteros en las gradas, bastaba que solo un grupo de personas enmascaradas comenzaran las porras de aliento para que todo el CUM se contagiara e hicieran un grito unísono capaz de hacer vibrar a toda una ciudad apasionada por el futbol rápido.

 

Banderas guindas y amarillas se ondeaban de un lado a otro ante la incredulidad que permanecía en el inmueble al ver que la ventaja, en su momento, en el marcador se escurría como agua entre las manos. Caras largas, llenas de preocupación e impotencia al no poder explicar qué sucedía se apoderaban de la afición.

 

El público se mantuvo como estatua durante un lapso del último cuarto, pero un gol de Damián García sacudió esas emociones que acongojaban a cada una de las personas que se encontraban en las sillas del CUM, entre ellas se abrazaban ¡y no importaba que no se conocieran! 

 

El partido terminó empatado y con gol de oro a los 25 segundos del tiempo extra, Blast logró el campeonato de la MASL. 

 

Las gradas quedaron heladas, las miradas chocaban entre sí tratando de buscar las palabras correctas para animar al equipo sonorense, había lágrimas en los ojos, algunos se quedaron hasta la premiación, mientras que otros no soportaron el golpe duro de la derrota y poco a poco fueron abandonado el CUM.{fcomment}

 

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